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domingo

Panorama internacional: Militarizando a América latina


Estados Unidos fue fundado como un “imperio infante” en las palabras de George Washington. La conquista del territorio nacional fue una gran aventura imperial. Desde los primeros días, el control del hemisferio fue una meta vital.

América latina ha conservado su primacía en la planeación global de EEUU. Si Estados Unidos no puede controlar a América latina, no puede esperar “lograr un orden exitoso en otros lugares del mundo”, declaró el Consejo Nacional de Seguridad del presidente Richard M. Nixon en 1971, cuando Washington estaba considerando el derrocamiento del gobierno de Salvador Allende en Chile.

Recientemente el problema del hemisferio se ha intensificado. América del Sur se ha movido hacia la integración, un prerrequisito para la independencia; ha ampliado sus vínculos internacionales; y ha empezado a enfrentar sus desórdenes internos, entre los cuales destaca el tradicional dominio de la minoría europeizada pudiente sobre un océano de miseria y sufrimiento.

El problema se agudizó hace un año en Bolivia, el país más pobre de Sudamérica, donde, en 2005, la mayoría indígena eligió a un presidente de sus propias filas, Evo Morales.

En agosto de 2008, después de la victoria de Morales en un referendo, la oposición integrada por élites respaldadas por Estados Unidos se tornó violenta, desembocando en la matanza de unos 30 partidarios del gobierno.

En respuesta, la recién formada Unión de Repúblicas Sudamericanas (Unasur) convocó a una reunión cimera. Los participantes –todos los países de América del Sur– declararon su “pleno y firme apoyo al gobierno constitucional del presidente Evo Morales, cuyo mandato fue ratificado por una gran mayoría”.

“Por primera vez en la historia de América del Sur, los países de nuestra región han decidido cómo resolver nuestros problemas, sin la presencia de Estados Unidos”, observó Morales.

Otra manifestación: el presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha prometido poner fin al uso por parte de Estados Unidos de la base militar de Manta, la última base de ese tipo de Estados Unidos en América del Sur.

En julio, Estados Unidos y Colombia firmaron un acuerdo secreto para permitir a Estados Unidos el uso de 7 bases militares en Colombia.

El propósito oficial es contrarrestar el narcotráfico y el terrorismo, pero altos oficiales militares y funcionarios civiles colombianos familiarizados con las negociaciones revelaron a la agencia de noticias Associated Press (AP) “que la idea es hacer de Colombia un centro para las operaciones del Pentágono”.

El acuerdo proporciona a Colombia un acceso privilegiado a abastecimiento militar de Estados Unidos, según informes. Colombia ya es actualmente el mayor recipiente de ayuda militar de Estados Unidos (aparte de Israel-Egipto, una categoría separada).

Colombia ha tenido de lejos el peor historial de derechos humanos en el hemisferio desde las guerras centroamericanas de los años 80. La correlación entre la ayuda de Estados Unidos y las violaciones a los derechos humanos ha sido notada desde hace tiempo por académicos.

La agencia AP citó también un documento de abril 2009 del Comando de Movilidad Aérea de Estados Unidos, en el que se propone que la base Palanquero en Colombia podría convertirse en “locación de seguridad cooperativa”.

Desde Palanquero, “casi la mitad del continente puede ser cubierta por un (transporte aéreo) C-17 sin recargar combustible”, señala el documento. Esto podría formar parte de “una estrategia global en ruta” que “ayude a lograr la estrategia y contribuya a encaminar la movilidad a Africa”.

El 28 de agosto, Unasur se reunió en Bariloche, Argentina, para analizar la cuestión de las bases militares en Colombia.

Después de un debate intenso, la declaración final subrayó que Sudamérica debe mantenerse como “una tierra de paz” y que fuerzas militares extranjeras no deben amenazar la soberanía e integridad de ninguna nación de la región. E instruyó al Consejo de Defensa Sudamericano que investigue el documento del Comando Aéreo de Movilidad.

El propósito oficial de las bases no escapó a las críticas. Morales dijo haber sido testigo de soldados de Estados Unidos acompañando a tropas bolivianas que dispararon contra miembros del sindicato de cultivadores de coca.

“Así que ahora somos narcoterroristas”, continuó. “Cuando no pudieron seguir llamándonos comunistas, nos llamaron subversivos, y después traficantes, y desde los ataques del 11 de septiembre, terroristas”. Advirtió que “la historia de América latina se repite”.

La responsabilidad final de la violencia en América latina yace con los consumidores de drogas ilegales en Estados Unidos, dijo Morales. “Si Unasur enviara tropas a Estados Unidos para controlar el consumo, ¿lo aceptarían? Imposible”.

El hecho de que la justificación de EEUU por sus programas antidrogas en el extranjero sea considerada siquiera digna de debate es una ilustración más de la profundidad de la mentalidad imperial.

El pasado febrero, la Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia emitió su análisis sobre la “guerra contra las drogas” de EEUU en las décadas pasadas.

La comisión, encabezada por los ex presidentes latinoamericanos Fernando Cardoso (Brasil), Ernesto Zedillo (México) y César Gaviria (Colombia), llegó a la conclusión de que la guerra contra las drogas había sido un fracaso total y exhortó a un cambio radical de política, alejada de medidas de fuerza en lo interno y en el exterior, y hacia medidas mucho menos costosas y más eficaces de prevención y tratamiento.

El informe de la comisión, como estudios previos y los antecedentes históricos, careció de un impacto detectable. Esta falta de respuesta refuerza la conclusión natural de que “la guerra contra las drogas”, como la “guerra contra la criminalidad” y la “guerra contra el terrorismo” se libran por razones ajenas a las metas anunciadas, que son reveladas por las consecuencias.

Durante el decenio pasado, Estados Unidos ha incrementado la ayuda militar y el adiestramiento de oficiales latinoamericanos en tácticas de infantería ligera para combatir el “populismo radical”, un concepto que, en el contexto latinoamericano, envía escalofríos a la espalda.

El adiestramiento militar está siendo desplazado del Departamento de Estado al Pentágono, eliminando previsiones de derechos humanos y democracia antes bajo supervisión del Congreso, siempre débiles pero al menos un disuasivo para los peores abusos.

La Cuarta Flota de Estados Unidos, desarmada en 1950, fue reactivada en 2008, poco después de la invasión de Colombia a Ecuador, con responsabilidad para el Caribe, Centro y Sudamérica, y las aguas que la rodean.

Sus “operaciones diversas” incluyen combate al tráfico ilícito, cooperación de seguridad en el teatro de operaciones, interacción entre militares y adiestramiento bilateral y multinacional, detalla el anuncio oficial.

La militarización de América del Sur se alinea con designios mucho más amplios. En Irak, la información es virtualmente nula acerca de las bases militares de Estados Unidos allí, así que debe suponerse que permanecen para proyección de fuerza. El costo de la inmensa ciudad-en-la-ciudad que es la embajada de EEU en Bagdad se elevará a 1.800 millones de dólares al año, de 1.500 millones que se habían estimado.

La administración Obama también está construyendo mega-embajadas en Pakistán y Afganistán.

Estados Unidos y el Reino Unido están exigiendo que la base militar de Diego García sea exenta de la zona libre de armas nucleares de Africa, como lo están las bases de Estados Unidos en zonas similares en el Pacífico.

En pocas palabras, las acciones de “un mundo de paz” no caen en el “cambio en el que puedes creer”, para pedir prestado el slogan de campaña de Obama.


http://www.lacapital.com.ar/contenidos/2009/10/03/noticia_0096.html

jueves

Carta para un Mundo Sin Violencia

Ningún Estado o individuo puede estar seguro en un mundo inseguro. Los valores de la no violencia, en los intentos, en los pensamientos y en las practicas, han pasado de ser una alternativa a ser una necesidad.Estamos convencidos que el respeto de los principios de la no violencia introducirá un orden mundial mas civilizado y pacifico, en el que sistemas mas justos y eficaces de gobernar, respetuosos de la dignidad humana y de la sacralidad de la vida puedan ser una realidad.

Nuestras culturas, nuestras historias y nuestras vidas individuales están interrelacionadas y nuestras acciones son interdependientes.

Hoy como nunca antes, creemos que sea una verdad que nos espera: el nuestro es un destino común, un destino que sera determinado por nuestras intenciones, decisiones y acciones de hoy.

Estamos firmemente convencidos que crear una cultura de la paz y de la no violencia, aun siendo un proceso largo y difícil, es un objetivo noble y necesario. Afirmar los principios enunciados en esta Carta es un primer paso, de vital importancia, para garantizar la supervivencia y el desarrollo de la humanidad y lograr un mundo sin violencia.

Nosotros, Premios Nobel de la Paz y Organizaciones Nobel por la Paz,

Reafirmando nuestro empeño con la Declaración Universal de los Derechos Humanos;

preocupados de la necesidad de poner fin a la difusión de la violencia en todos los niveles de la sociedad y, sobre todo, a las amenazas que apuntan a nivel global contra la humanidad;

Reafirmando que la libertad de pensamiento y de expresión está a la raíz de la democracia y de la creatividad;

Recordando que la violencia se manifiesta de muchas formas, como conflicto armado, ocupación militar, pobreza, explotación económica, destrucción del ambiente y prejuicios basados en preferencias de raza, religión, genero u orientación sexual;

Reconociendo que el culto a la violencia, así como se expresa a través de la cultura popular, acostumbra a la aceptación de la misma como condición normal y admisible;

Convencidos que la violencia causa el mayor daño a aquellos que son mas débiles y vulnerables;

Reparando en que la paz no es solamente la ausencia de violencia sino la presencia de la justicia;

Considerando que un inadecuado reconocimiento, de parte de los Estados, de las diversidades étnicas, culturales y religiosas está en la raíz de mucha de la violencia que existe en el mundo;

Reconociendo la urgencia de desarrollar un planteo alternativo a la seguridad nacional basado en un sistema en el que ningún país, o grupo de países, deba contar con las armar nucleares para la propia seguridad;

Concientes de que los métodos no violentos para la resolución de conflictos tienen mayor éxito cuando son adoptados en la fase mas precoz posible;

Reconociendo el derecho natural de los oprimidos a resistir pacíficamente a la opresión;

Afirmando que aquellos que tienen investiduras de poder tienen la mayor responsabilidad de poner fin a la violencia, donde sea que se manifieste y de prevenirla cada vez que sea posible;

Convencidos que los principios de la no violencia deben triunfar en todos los niveles de la sociedad, así como en la relaciones entre los Estados y las personas;

Llamamos a la comunidad internacional a favorecer el desarrollo de los siguientes principios:

Primero: En un mundo interdependiente, la prevención y el cese de los conflictos armados entre Estados y dentro de los Estados requiere una acción colectiva de parte de la comunidad internacional que, a su vez, requiere reforzar reformas al sistema ONU y a las organizaciones de cooperación regional, con el fin de autorizar a las mismas y consentir a ellos el promover un sistema de seguridad mundial, antes que una seguridad nacional de singulares Países compitiendo entre si por la supremacía.

Segundo: Para lograr un mundo sin violencia, los Estados deben respetar siempre el estado de derecho y honrar sus acuerdos jurídicos y aplicar sanciones a los infractores.

Tercero: Es esencial encaminarse sin mas retardos hacia la eliminación de las armas nucleares y de otras armas de destrucción masiva. Los Estados que detentan tales armas deben dar pasos concretos hacia el desarme y adoptar un sistema de defensa que no se base en la disuasión nuclear. Al mismo tiempo los Estados deben empeñarse en consolidar un régimen de no proliferación nuclear, reforzando también verificaciones multilaterales, protegiendo el material nuclear y llevando adelante el desarme.

Cuarto: Para reducir la violencia en la sociedad, la producción y la venta de armas pequeñas y ligeras debe reducirse y ser rigurosamente controlada a nivel internacional, estatal, regional y local.

Además, debe existir una total y universal aplicación de los acuerdos internacionales en materia de desarme, como por ejemplo el Tratado para la Prohibición de Minas de 1997, y el sostén de nuevos esfuerzos dirigidos a eliminar el impacto de las armas indiscriminadas y activadas por las víctimas, como por ejemplo las municiones cluster.

Quinto: Expresamos fuerte condena al terrorismo, porque la violencia genera violencia y porque ningún acto de terror contra las poblaciones civiles de ningún país puede ser perpetrado en nombre de ninguna causa. La lucha contra el terrorismo no puede, sin embargo, justificar la violación de los derechos humanos, del derecho humanitario internacional, de las normas de la sociedad civil y de la democracia.

Sexto: Poner fin a la violencia domestica y en las familias exige el respeto incondicional de la igualdad, de la libertad, de la dignidad y de los derechos de las mujeres, de los hombres y de los niños, de parte de todos los individuos e instituciones del estado, de la religión y de la sociedad civil. Tales tutelas deben incorporarse a las leyes y a las convenciones locales e internacionales.

Séptimo: Cada individuo y Estado comparten la responsabilidad de prevenir la violencia contra los niños y los jóvenes, quienes representan nuestro futuro común y nuestro bien mas precioso, y promover oportunidades de instrucción, el acceso a la asistencia sanitaria primaria, la seguridad personal, la tutela social y un clima favorecedor que refuerce la no violencia como estilo de vida y no como sueño utópico. La educación en la paz y la no violencia debe ser parte de los programas escolares.

Octavo: Prevenir los conflictos derivados del agotamiento de los recursos naturales y, en particular, de las fuentes de agua y de energía exige que los Estados desarrollen un rol activo e instituyan sistemas jurídicos y modelos dedicados a la protección del ambiente y a la contención de su consumo en base a la disponibilidad de los recursos y a las reales necesidades del hombre.

Noveno: Llamamos a las Naciones Unidas y a sus Estados miembros para que tomen en consideración medios y métodos para promover un reconocimiento significativo de las diversidades étnicas, culturales y religiosas en los estados nacionales multi-étnicos. El principio moral de un mundo no violento es: trata a los demás como quisieras que los otros te traten a ti.

Décimo: Los principales instrumentos políticos necesarios para poder ser un mundo no violento son el dialogo basado en la dignidad, la negociación y el compromiso, conducidos en el respeto del equilibrio entre las partes involucradas, pero teniendo también presente los aspectos de la sociedad humana en su totalidad y del ambiente en que vive.

Décimoprimero: Todos los Estados deben destinar recursos suficientes a la integridad de la distribución de los recursos económicos y resolver grandes inequidades que crean un terreno fértil para la violencia.

La disparidad de condiciones de vida lleva inevitablemente a la falta de oportunidades, y en muchos casos a la pérdida de esperanza.

Décimosegundo: La sociedad civil en todas sus articulaciones, incluídos los defensores de los derechos humanos, los pacifistas y los activistas ambientales, debe ser reconocida como esencial para la construcción de un mundo no violento, así como todos los gobiernos deben servir a sus propios ciudadanos y no al contrario.

Deben crearse las condiciones para permitir y alentar la participación de la sociedad civil en los procesos políticos a nivel mundial y local lo que implica la autorización y la tutela de los defensores de los derechos humanos, de los activistas de la paz y de la protección del ambiente, a quienes sus actividades a menudo los ponen en riesgo.

Décimotercero: Implementando los principios de esta Carta, nos dirigimos a todos para que se trabaje juntos por un mundo justo y no violento, en el que cada uno tenga el derecho a no ser asesinado y a su vez el deber de no asesinar a nadie.

Para contrastar todas las formas de violencia, alentamos la investigación científica en el campo de la interacción humana y del dialogo, e invitamos a las comunidades académicas, científicas y religiosas a ayudarnos en la transición hacia una sociedad no violenta y pacifista.

Después de la aprobación del primer boceto el 19 de noviembre de 2006, en el curso del VII Summit Mundial de los Premios Nobel de la Paz, la Carta para un Mundo No Violento ha sido firmada por los siguientes Premios Nobel, por representantes de las Organizaciones premiadas con el Nobel de la Paz y por personalidades reconocidas a nivel internacional por su trabajo activo a favor de la paz.

Firman la Carta para un Mundo No Violento

Nobel Signers:

• Mairead Corrigan Maguire
• His Holiness the Dalai Lama
• Mikhail Gorbachev
• Lech Walesa
• Frederik Willem De Klerk
• Archbishop Desmond Mpilo Tutu
• Jody Williams
• Shirin Ebadi
• Mohamed ElBaradei
• John Hume
• Carlos Filipe Ximenes Belo
• Betty Williams
• Muhammad Yunus
• Adolfo Perez Esquivel
• Wangari Maathai
• International Physicians for the Prevention of Nuclear War
• Red Cross
• International Atomic Energy Agency
• American Friends Service Committee
• International Peace Bureau

Apoyan la Carta para un Mundo sin Violencia

• Mr. Walter Veltroni, Mayor of Rome
• Mr. Tadatoshi Akiba, Mayor of Hiroshima, President of the World’s Mayors for Peace
• Mr. Agazio Loiero, Governor of Calabria Region, Italy
• Prof. M. S. Swaminathan, Former President of the Pugwash Conferences on Science and World Affairs, Nobel Peace Laureate Organization
• David T. Ives, Albert Schweitzer Institute
• Peace People, Organization founded by Nobel Peace Prize Laureates Maired Corrigan Maguire and Betty William, Belfast (Northern Ireland)
• Bob Geldof, singer
• George Clooney, actor
• Don Cheadle, actor
• Associazione “MEMORIA CONDIVISA”
• Basque Government

http://vulcano.wordpress.com/2009/09/22/carta-para-un-mundo-sin-violencia/

miércoles

Japón cambia el paso

La oposición arrasa en las elecciones con la bandera de políticas sociales más intensas

La segunda economía del mundo está enferma. Sus habitantes lo saben y han responsabilizado de sus males al Partido Liberal Democrático (PLD), que lleva gobernando Japón casi ininterrumpidamente desde 1955. Aupado en la frustración de la mayoría de la población, el Partido Demócrata de Japón (PDJ), una amalgama creada hace apenas 11 años por renegados del PLD y formaciones de distinta base, ha dado un vuelco histórico al panorama político del país. Los primeros resultados electorales otorgaban anoche al partido que encabeza Yukio Hatoyama la mayoría absoluta de la Cámara baja.


Japón
A FONDO
Capital: Tokio. Gobierno: Monarquía Constitucional. Población: 127,288,419 (est. 2008)

La noticia en otros webs
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Los japoneses han vivido prácticamente de espaldas a un sistema político, la democracia, que les fue impuesto por los ocupantes estadounidenses tras la derrota en la II Guerra Mundial. El PLD, que fue fundado por los abuelos de quienes ayer se enfrentaron en las urnas -Hatoyama y el primer ministro Taro Aso-, supo encauzar las ansias de desarrollo y de resurgir de las cenizas de los japoneses y condujo el país hasta convertirlo en una potencia económica. Sin embargo, el crecimiento de dos dígitos a lo largo de un cuarto de siglo -como sucede actualmente en China- se frenó en seco con el estallido de la burbuja inmobiliaria a principios de los noventa. Sólo ahora, tras casi dos décadas de estancamiento económico, los japoneses han llegado a la conclusión de que lo que no funciona es el sistema político; que la competencia es tan importante en la economía como en la política, y que necesitan una alternancia en el poder.

Hatoyama, de 62 años, ha convertido la urgencia de cambio que sienten los japoneses en su consigna y ha basado su campaña en concienciar a los votantes de que son ellos, con su papeleta, los que tienen el poder de decidir el futuro del país. Con la mayor tasa de desempleo desde la II Guerra Mundial -el 5,7% alcanzado en julio- y la población más anciana del planeta -con una esperanza de vida de 83 años, según la OMS-, Hatoyama defiende una política social con ayudas a la natalidad, gratuidad de las escuelas, asistencia a los desempleados y mejora de las pensiones. Sostiene que todos esos beneficios son posibles controlando el derroche y reformando la Administración pública, el eterno caballo de batalla al que el PLD nunca hizo frente. En política internacional, su gran reto es distanciarse de la tutela de EE UU y recuperar capacidad de liderazgo en Asia.

El PDJ ha conseguido ganar con holgura en medio de una situación traumática. Revitalizar el país va a ser una tarea mucho más difícil. Los economistas han criticado que ninguno de los dos grandes partidos se haya referido durante la campaña electoral al problema más acuciante que se cierne sobre Japón: su deuda. A finales de 2009 duplicará el PIB nacional; es decir, será superior a los siete billones de euros. Si el nuevo Gobierno no se emplea a fondo se hundirá víctima de las incumplidas expectativas de cambio.


http://www.elpais.com/articulo/opinion/Japon/cambia/paso/elpepuopi/20090831elpepiopi_2/Tes

El ojo de Moscú sigue abierto

Veinte años después de la caída del Muro de Berlín, numerosos agentes secretos rusos siguen desplegados en los antiguos países comunistas

Vladimir Putin, primer ministro de Rusia, es un ex agente de la KGB soviética. No se sabe si ése es el motivo, pero lo cierto es que los servicios secretos rusos mantienen a muchos espías desplegados en los antiguos países comunistas de Europa central y oriental. La incorporación de buena parte de esos Estados a la OTAN y la UE y el desmembramiento de la URSS no implicó la renuncia de Moscú a vigilar de cerca lo que ocurre en su antiguo patio trasero. «Tiene su lógica, porque Rusia es un país con pretensiones imperialistas y no ha asumido con normalidad los cambios experimentados por los países de Europa central y del este tras la caída del Muro de Berlín hace 20 años», señala el analista de política internacional polaco Andrzej Szeptycki.
Según diversas fuentes, Moscú ha desplegado una potente red de espías y colaboradores del FSB (el sucesor de la KGB) y otros servicios de inteligencia en los países del antiguo Telón de Acero. Los agentes secretos rusos se han infiltrado en círculos económicos y políticos, tanto de la izquierda poscomunista como de la derecha, religiosos, sociales y periodísticos, y el temor de los dirigentes de los países del Este es que también lo hayan conseguido en los aparatos militares y de seguridad.
Los espías actúan con mayor o menor fortuna, y a veces son descubiertos y expulsados por las autoridades de los países donde residen. A mediados de este mes de agosto, dos diplomáticos de la Embajada de la Federación Rusa en Praga fueron expulsados por las autoridades checas al haber sido acusados de colaborar con los servicios secretos de su país. La reacción no se hizo esperar. El ministro ruso de Asuntos Exteriores. Serguei Lavrov, calificó la decisión de Praga de «provocación» y Moscú respondió con la misma medida: la expulsión de dos diplomáticos checos por su supuesta vinculación a los aparatos de inteligencia de su país.
Susceptibles
A pesar de que el jefe del Estado, el euroescéptico Václav Klaus, mantiene excelentes relaciones con los hombres de negocios rusos, los dirigentes checos suelen ser muy susceptibles con todo lo que está relacionado con la seguridad de su Estado frente a Moscú. Tanto es así que la entrevista que mantuvo el pasado mes de julio el líder de los socialistas checos, Jiri Paroubek -un antiguo comunista- con Vladimir Putin en Moscú, levantó una áspera polémica política. Al parecer, Paroubek le prometió a Putin que si gana las próximas elecciones, se opondrá a la instalación de un escudo antimisiles estadounidense en Chequia. La promesa sentó como una patada en el estómago en Praga. El caso checo es comparable con el del resto de los países poscomunistas.

Hace dos años, el jefe del contraespionaje polaco, Antoni Macierewicz, afirmó que «se ha incrementado considerablemente» la infiltración de agentes rusos en Polonia. Según Varsovia, en el país hay unos 800 militares rusos al servicio del espionaje de Moscú. Para el diario conservador polaco 'Rzeczpospolita', dos militares rusos expulsados el año pasado por Varsovia «espiaban secretos de la OTAN en Polonia».

La Alianza Atlántica expulsó a varios diplomáticos rusos por espionaje el pasado abril. No era la primera vez. Moscú siempre niega las acusaciones y asegura que la institución de defensa euroatlántica busca debilitar a Rusia en el flanco militar y político. Aunque en los últimos meses se ha producido un relativo acercamiento entre la OTAN y Moscú, «la sospecha de que Rusia se resiste al avance del frente euroatlántico al este de Alemania y hará todo lo posible para debilitarlo en países como Polonia, Chequia, Hungría o Rumanía no ha desaparecido», explican fuentes diplomáticas comunitarias

domingo

El termómetro político de los Andes

por Nelson Gustavo Specchia


Toda la región andina no deja de levantar temperatura política en este invierno austral. Comenzó a subir la semana pasada, cuando salieron a la luz las aportaciones de las FARC, en un monto cercano al medio millón de dólares, a la última campaña presidencial ecuatoriana. Sin que esos aires se hayan calmado (Rafael Correa ya no niega los aportes, pero aduce que fueron realizados a sus espaldas), esta semana tomó estado público la tenencia de armas sofisticadas del ejército venezolano por parte de aquella misma guerrilla colombiana tan generosa en sus aportaciones a las campañas de los candidatos de los países vecinos.



Las FARC siempre se ha mostrado muy en consonancia con el discurso y los objetivos socialistas del presidente venezolano Hugo Chávez, y este entrecruzamiento de vínculos entre la guerrilla; Ecuador; las armas venezolanas; las negociaciones entre el presidente Álvaro Uribe para el uso de bases colombianas por parte del ejército norteamericano; los fracasos de la OEA como mediadora en los conflictos centroamericanos; Honduras con dos presidentes; y Evo Morales, en esta parte de los Andes, reconvirtiendo unos doscientos municipios en “autonomías indígenas”; levantan la temperatura a cotas de riesgo, al amenazar con el inicio de una situación crítica de múltiples aristas.



Las FARC, cada vez más debilitadas y sitiadas militarmente, han reforzado los vínculos con el liderazgo político más afín (especialmente Chávez y Correa), y han aumentado el financiamiento y la provisión de armamento con las redes de tráfico de cocaína. El haber encontrado lanzacohetes AT-4, suecos, en un campamento de las FARC, se combinó con cierta información de las computadoras incautadas en el ataque –en territorio ecuatoriano- al líder guerrillero “Raúl Reyes”: los suecos confirmaron que esas armas, por el número de serie, habían sido vendidas al ejército venezolano, y han demandado explicaciones a Chávez.



Al mismo tiempo, y como una respuesta al cierre de la base ecuatoriana de Manta, Álvaro Uribe ha iniciado negociaciones con la Administración Obama, para dar mayores facilidades de acceso a siete bases al ejército norteamericano (3 de la Fuerza Aérea, 2 de la Marina, y 2 del Ejército: Cartagena, Larandia, Tolemaida, Palanquero (Cundinamarca), Málaga (Pacífico), Apiay (Meta), y Malambo (Atlántico). No se prevé que el ejército norteamericano vaya a incrementar sus efectivos en Colombia, pero esta negociación sí repercutiría en más ayuda tecnológica y de inteligencia, dos elementos determinantes en la guerra contra las FARC y el narco. Los logros de los últimos tiempos reconocen su deuda con esta ayuda norteamericana, que asciende a unos 400 millones de dólares anuales desde 2001, fecha de la firma del “Plan Colombia”.



El próximo lunes, 10 de agosto, comenzará la reunión de la UNASUR – Unión de Naciones Sudamericanas, en Quito. Pero como Colombia ha roto relaciones diplomáticas con Ecuador desde marzo del año pasado, el presidente Álvaro Uribe se ha lanzado esta semana a una gira por América latina, incluyendo Perú; Chile; Bolivia; Argentina (este miércoles se reunió con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en una reunión hermética, sin ningún tipo de declaraciones por ninguna de las partes); luego seguirá por Paraguay; Uruguay; y Brasil, para dar explicaciones a los mandatarios de estos países sobre las negociaciones militares con Obama.



Pero tanto Chávez como Correa han visto una excelente oportunidad para girar la atención sobre las acusaciones de financiamiento de campaña y de desvío de armas, y pasan al ataque, afirmando que la decisión de Uribe supone el desembarco del ejército norteamericano, como brazo militar de ocupación, en territorio latinoamericano.



Venezuela ha vuelto a congelar las relaciones con Colombia, y Ecuador, que ya las tiene rotas, ha iniciado una guerra comercial contra su vecino, imponiendo aranceles a unos 1.300 productos de comercio internacional. Y las reclamaciones no terminan en el país fronterizo, Chávez arremetió directamente contra Barack Obama, con dos afirmaciones a cual más preocupante: por un lado, dijo que la instalación de esas bases norteamericanas puede suponer el inicio de una guerra en Sudamérica; y a renglón seguido comunicó que en septiembre de este año firmará con Putin un acuerdo de defensa y de adquisición de armamentos con Rusia.



Toda la legalidad internacional está del lado colombiano, de momento. El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza (a quien Chávez llama “insulso”) se ha ofrecido a mediar, pero la OEA está en horas bajas y nadie confía demasiado en ella. La Unión Europea ha dado su respaldo a Uribe, y los Estados Unidos también, claro. Y en América latina: Evo Morales y Nicaragua se alinean con el venezolano, sin fisuras; Perú acepta de buen grado la decisión de Uribe; el paraguayo Lugo ha decidido permanecer neutral; la señora Bachelet ha mostrado su prevención; y otro tanto ha manifestado Lula da Silva, a quien no le simpatiza para nada tener siete bases norteamericanas en sus fronteras, y, para más datos, cerca de las reservas petrolíferas brasileras. La presidenta Cristina, por su parte, mantiene su postura muy en reserva, si es que la tiene.


Y este nuevo escenario, en pleno invierno austral, proyecta un termómetro en rápido ascenso.



http://analisis-internacionales.blogspot.com/

miércoles

Los talibanes hablarán con sus armas

Traducido para Rebelión por German Leyens

En medio de un creciente furor en Gran Bretaña por las muertes en los últimos días de ocho soldados británicos en Afganistán, la iniciativa de buscar el diálogo con los talibanes al nivel superior de su dirección está ganando fuerza.
El líder talibán Mullah Omar es ahora el centro de la atención. Se informa que los militares paquistaníes dicen que está dispuesto a actuar como intermediario para ayudar al gobierno del presidente de EE.UU. Barack Obama en una “nueva propuesta diplomática para encontrar un fin al prolongado conflicto” en Afganistán.

Sin embargo, no se cree que Mullah Omar esté de humor para conversaciones. Durante los últimos meses, ha consolidado su control sobre varios grupos de resistencia, dispersos pero poderosos, en todo Afganistán y en las áreas tribales de Pakistán. Su objetivo en última instancia, como lo ha sido desde que los talibanes fueron derrocados en la invasión de 2001 dirigida por EE.UU., es la victoria militar contra las fuerzas extranjeras.

En la provincia Helmand en Afganistán, el principal teatro de la ‘oleada’ de la OTAN, 15 soldados británicos fueron muertos en los primeros 11 días de julio – incluidos ocho muertos en 24 horas el viernes – llevando la cantidad de bajas mortales de los británicos en el país desde octubre de 2001 a 184, cinco más que las vidas perdidas por las fuerzas británicas en Iraq. En la mayoría de los casos, las muertes han sido el resultado de artefactos explosivos improvisados y de bombas a control remoto, en lugar de ataques de la guerrilla.

Las bajas británicas han provocado una discusión política sobre el futuro del papel de Gran Bretaña en Afganistán. Liam Fox, secretario de defensa del gabinete fantasma, dijo que el primer ministro Gordon Brown ha equipado insuficientemente de manera ‘catastrófica’ a las fuerzas armadas.

En las provincias alrededor de la capital afgana, Kabul, los talibanes han vuelto a establecer un firme control en las cruciales provincias de Ghazni, Logar y Wardak, paralizando virtualmente el control de las administraciones locales.

El sábado, el gobernador de la provincia Ghazni escapó apenas a un ataque dirigido por los talibanes. En provincias fronterizas como Kunar y Nuristan, donde hace sólo unos pocos meses la OTAN y las fuerzas de seguridad paquistaníes (al lado paquistaní en las agencias Mohmand y Bajaur) habían cantado victoria sobre los talibanes gracias a la Operación Corazón de León, los talibanes vuelven a aparecer.

En esta coyuntura crucial, y con elecciones nacionales programadas en Afganistán para el próximo mes, el establishment militar de Pakistán ha salido a la palestra. Durante los últimos años fue reducido al papel de un Estado cliente de los países occidentales para eliminar el lío en las áreas tribales de Pakistán, que sirven de trampolín para la insurgencia en Afganistán.

Antes de los ataques contra EE.UU. del 11 de septiembre de 2001, y el subsiguiente lanzamiento de la “guerra contra el terror”, las comunidades militares y de inteligencia de Pakistán habían jugado un papel dominante en Afganistán, con estrechos lazos con los talibanes y otras organizaciones yihadistas.

La semana pasada, el general Athar Abbas, portavoz de las Relaciones Públicas Inter-servicios de Pakistán (ISPR) dijo en una entrevista con CNN, que no sólo “Pakistán está en contacto con el líder talibán afgano Mullah Omar, sino que puede llevarlo a él y a otros comandantes a la mesa de negociación con EE.UU.”

Abbas dijo que a cambio de cualquier rol como mediador entre EE.UU. y los talibanes, Pakistán quiere concesiones de Washington respecto a las preocupaciones de Islamabad respecto a su rival, India, ya que teme que esté ganando demasiada influencia en la región.

Como reacción, Richard Holbrooke, enviado especial de EE.UU. para Afganistán y Pakistán, dijo según CNN: “Hace tiempo que hay afirmaciones sobre continuos contactos [entre Pakistán y los talibanes]. Y creo que es un paso adelante que los paquistaníes digan en público lo que todos han asumido permanentemente.” Holbrooke no excluyó la posibilidad de conversaciones con los talibanes.

La decisión, sin embargo, depende de Mullah Omar.

El resurgimiento de Mullah Omar

Diferentes agencias de inteligencia, incluyendo la de Pakistán, categorizaron la resistencia nacional afgana como dependiente del comando de diversos grupos. Estos incluyen al grupo Qari Ziaur Rahman en Kunar y Nuristan en Afganistán y Mohmand y Bajaur en Pakistán; la red Haqqani en Ghazni, Paktia, Paktika y Khost y en el área tribal de Waziristán del Norte en Pakistán; Anwarul Haq en Nangarhar, aparte de la red en el norte de Afganistán dirigida por comandantes leales a Gulbuddin Hekmatyar.

En general se aceptaba que Mullah Omar, aunque sea el líder espiritual y simbólico, había sido reducido a ser un comandante regional de las provincias del sudoeste afgano de Kandahar, Helmand, Urzgan, Zabul y Farah. A pesar de la extensión de la resistencia a todo Afganistán, se pensaba que la estructura central de comando que los talibanes habían adquirido en 2006 había sido perdida y que la coordinación dentro de los grupos de resistencia había sido reducida a un mínimo.

Esto ocurrió cuando la OTAN envió más tropas a Afganistán a principios de año, en tándem con operaciones conjuntas con la ayuda de Pakistán para impedir la infiltración a través de la frontera. Las operaciones militares en las agencias Mohmand y Bajaur de Pakistán redujeron significativamente la cantidad de combatientes infiltrados hacia Afganistán.

Los ataques de drones Predator sin tripulación en las áreas tribales ayudaron a mantener en fuga a los dirigentes de los combatientes y de al-Qaeda, mientras las operaciones contra el jefe talibán paquistaní Baitullah Mehsud y los combatientes en el área de Swat causaron mucho daño a la resistencia dirigida por los talibanes.

En el proceso de correr de lugar a lugar, sin embargo, los combatientes buscaron apoyo mutuo y establecieron nuevas líneas de cooperación y coordinación – y Mullah Omar volvió a entrar en actividad.

Una gran shura (consejo) fue convocada en el sudoeste, que reunió a comandantes grandes y pequeños, incluyendo a Abdullah Saeed, comandante en jefe de al-Qaeda para Afganistán.

Mullah Omar, dijo una fuente del campo de al-Qaeda a Asia Times Online, subrayó que cada grupo debía establecer una estrategia coherente de combate, y su preferencia debía ser Afganistán.

Significativamente, se previó un rol importante para al-Qaeda y la guerra afgana será ahora su objetivo primordial. Al-Qaeda seguirá transfiriendo su personal de Oriente Próximo al teatro de operaciones bélicas en el sur de Asia, especialmente desde Iraq. Esos hombres llevan consigo considerable experiencia, en especial en el campo de los artefactos explosivos improvisados y de las técnicas de emboscada.

La shura también integró a varios pequeños comandantes de las provincias Logar y Kabul a las estructuras principales de los talibanes. Previamente, esos protagonistas habían recibido un financiamiento mínimo, pero ahora, debido a su posición estratégica, recibirán fondos y recursos humanos de comandantes importantes como Sirajuddin Haqqani. El objetivo es lanzar ataques en conjunto contra las arterias principales de la OTAN, como ser la línea de aprovisionamiento de Jalalabad a la base aérea Bagram en las afueras de la capital Kabul.

A la luz de estos eventos, queda poco sitio para la idea de un proceso de diálogo con alguien – menos todavía con EE.UU.

El año pasado, Arabia Saudí patrocinó esfuerzos para acercarse a los talibanes. Esa iniciativa de paz, sin embargo, consistió sobre todo de antiguos talibanes y gente que no estuvo involucrada directamente en la insurgencia armada en Afganistán.

Este año, los esfuerzos saudíes parecieron estar a punto de entrar a una fase significativa cuando el jefe de la inteligencia saudí, príncipe Muqrin bin Abdul Aziz, participó directamente en el proceso de mediación.

Un afgano-estadounidense, Daoud Abedi, estrecho colaborador del comandante afgano Gulbuddin Hekmatyar, se involucró en negociaciones con los estadounidenses. El príncipe Aziz se proponía contactar a Mullah Omar a través del antiguo embajador talibán en Pakistán, Mullah Abdul Salam Zaeef. A pesar de muchos esfuerzos, no tuvo éxito, aunque hubo contactos con Mullah Bradar, supremo comandante de los talibanes, nombrado por Mullah Omar y su lugarteniente de máxima confianza.

El diálogo se desarrolló hasta el punto en el que los dirigentes de al-Qaeda comenzaron a sentirse amenazados – sobre todo comandantes talibanes en el sudoeste estaban desesperados por llegar a acuerdos de paz con la OTAN y hablaron de al-Qaeda como de un lastre. El príncipe Aziz se sintió suficientemente optimista como para decir que hasta fines de año se habría preparado la escena para que EE.UU. y los talibanes comenzaran a discutir fórmulas de paz.

Después de la gran shura y la consolidación militar en Afganistán, sin embargo, Mullah Omar envió un claro mensaje al príncipe Aziz en el sentido de que una victoria militar es la única opción posible para los talibanes y que nada puede detener la guerra excepto una clara derrota de los ejércitos de ocupación occidentales en Afganistán.

Tal vez sea el motivo por el cual el departamento de Relaciones Públicas Inter-Servicios de Pakistán se haya sentido obligado a emitir una declaración que “negaba enérgicamente” las observaciones hechas por Abbas de que “Pakistán está en contacto con el líder talibán afgano Mullah Omar, y puede llevarlo a él y a otros comandantes a la mesa de negociación.”

domingo

Del vagón sellado de Lenin al sombrero de Zelaya

Elizabeth Burgos

Domingo, 5 de julio de 2009


Cuando se difundió la fotografía de Fidel Castro con el sombrero que suele llevar el visitante que aquel 6 de marzo 2009 se encontraba a su lado (Manuel Zelaya, el depuesto presidente de Honduras) y había acudido a rendirle pleitesía, como ya lo han venido haciendo en los últimos meses la mayoría de los mandatarios latino-americanos, me intrigó porque el cubano, al contrario de su colega venezolano, adopta más bien la postura monárquica y se cuida de prodigar gestos de populismo condescendiente. De allí que ese gesto me intrigara y me preguntara lo que se traía entre manos puesto que Fidel Castro no se deja llevar por la espontaneidad: en materia de comunicación de imagen todo lo tiene muy bien controlado.
Las noticias provenientes de Honduras desde mediados de la semana pasada me fueron dando la respuesta de la fotografía con sombrero hondureño.

El presidente hondureño, hombre de derechas, oligarca, populista y anti comunista, había sido seducido por el dictador cubano y había aceptado entrar a formar parte de la “banda de los cuatro”: Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Ecuador. Para ser admitido plenamente al fascio de los cuatro debía seguir los pasos que Caracas dio. En vísperas de las elecciones presidenciales, decide convocar un referéndum para someter a “consulta al pueblo” la posibilidad de hacerse reelegir presidente de la República, violentando la Constitución, para aplicar el mismo modelo de instrumentalización de las dinámicas de la democracia y así imponer una dictadura constitucional, vigente hoy en Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Ecuador. Es un modelo que obedece al proyecto geo estratégico del castrismo, que no ha cesado en su empeño desde 1959, y que hoy Hugo Chávez ha tomado como bandera. Adaptando a los tiempos, la mecánica castrista de asalto al poder, el dictador cubano continúa sirviéndose hoy de la guerra de guerrillas, pero en lugar de armas, usa la manipulación del sufragio.

La escena del sombrero me recordó momentos en que discutiendo con Fidel Castro acerca del dilema que se le podía presentar al revolucionario en ciertas circunstancias que obligaban a dar concesiones no siempre en acorde con la “moral revolucionaria”, él siempre traía como ejemplo el vagón sellado de Lenin. En plena Primera Guerra mundial, para Lenin, quien se encontraba en Suiza, la manera de entrar a Rusia sano y salvo acompañado de su equipo más cercano, era negociando con el enemigo de Rusia: con las autoridades alemanas, entonces en guerra contra Rusia. El gobierno del Reich alemán negoció con Lenin la travesía por su territorio con el objeto de que Lenin le diera el empuje final a la Revolución que ya estaba en marcha y debilitara así el poder contra el cual Alemania estaba en guerra. Pero para Lenin, la guerra imperialista debía devenir una guerra civil, en revolución armada.

El Estado Mayor alemán era sin la menor duda, el mayor enemigo de la Revolución, pero tenía plena conciencia de la utilidad que podía sacar de su apoyo al triunfo de la misma para eliminar a Rusia del conflicto bélico. Así, acompañado por treinta y un revolucionarios, a través de una Europa en guerra el bolchevique Vladimir I. Lenin, se prepara a iniciar la Revolución en su país. Lenin abandona su exilio suizo y el 9 de abril de 1917 parte en el célebre “vagón sellado”, que atraviesa velozmente y sin paradas, y con toda garantía, el territorio enemigo alemán, para llegar a Estocolmo y de allí llegar por fin a San Petersburgo, donde esperaba a Lenin una entusiasta multitud.

El asalto al poder por los bolcheviques está en marcha y una de sus primeras decisiones será la firma de la paz con Alemania. El 7 de noviembre, Lenin declara “todo el poder a los soviets”, y mediante un bien orquestado golpe de Estado, los bolcheviques se amparan del poder. Las consecuencias de esa historia todavía la estamos viviendo.

Un país de una zona estratégica como Centroamérica que se sume al eje de la “banda de los cuatro” bien vale ponerse un sombrero, aunque proceda de un nada confiable burgués, anti comunista y oligarca. Ya habría tiempo de deshacerse de él. Salvo que en este caso se adelantaron los poderes públicos hondureños, el propio partido del presidente, secundados por las Fuerzas Armadas..

Según el antiguo modelo, los golpes de Estado en América latina intervenían, so pretexto de solventar una crisis política, o de defensa de las fronteras, pero terminaban desnaturalizando las instituciones republicanas, violando los derechos humanos y debilitando la democracia o anulándola.

La iniciativa que acaban de realizar las Fuerzas Armadas hondureñas es un gesto inédito en la historia del continente. Por mandato del los poderes públicos intervienen y deponen al presidente en nombre de la salvaguarda de las instituciones, y por respeto a ellas, - puesto que aquel que debía ser su garante, el presidente de la República, las estaba violentando -, y le entregan el poder a los civiles.

Los analistas deberán reflexionar sobre los acontecimientos de Honduras con una lente más fina que aplicarle el simple análisis de la defensa del “presidente democráticamente electo”. No se puede, no se debe ignorar que existe un contexto geo político creado por una voluntad de resquebrajar las instituciones para imponer un modelo totalitario de gobierno que se legitima en lo que se ha convertido ya en una ficción, en una figura esperpéntica: en elecciones repetidas, trucadas, manipuladas, a las que se les ha vaciado de su verdadero sentido que so pretexto de haberlas ganado, esos mandatarios se dedican sistemáticamente a violar las Constituciones nacionales, a intervenir sistemáticamente en otros países, y a mantener un clima insurreccional fuera de sus fronteras.

Las instituciones internacionales como la OEA o Las ONU deberían someter a una reflexión, esa anomalía institucional, pues en el fondo, en lugar de defender la democracia en América Latina, están ayudando a hundirla y a fomentar la figura monstruosa de dictaduras institucionales.

Los recientes acontecimientos de Honduras, deberían dar lugar a una análisis sereno del contexto en que se dieron. No se les puede mirar con el mismo prisma con que se observaban los golpes de Estado del pasado. Es cierto, se inscriben dentro de la tradición golpista latinoamericana, pero con características muy particulares.

Los análisis precipitados y las ingenuidades en política, suelen pagarse caros en el tiempo largo de la historia

sábado

Golpe de Estado en Honduras

por Paloma Valverde y Manuel Talens

­­­­En estos momentos son las 11 y cuarto de la mañana, hora de Caracas. Manuel Zelaya, presidente de Honduras, está hablando en directo en TeleSur desde San José (Costa Rica). Ha confirmado que esta madrugada unos soldados irrumpieron abriendo fuego en su residencia y lo amenazaron de muerte, a él y a su familia, si se oponía al golpe de Estado.


Se vio obligado a acompañar a los soldados, que lo transportaron a la base aérea, desde donde voló a Costa Rica. Ha solicitado que el gobierno de Estados Unidos emita un comunicado en el que condene el golpe, pues lo contrario significaría su aquiescencia.]


Caracas (Venezuela).- El mensaje de texto que sonó en mi teléfono móvil esta mañana decía así: “Alerta, Zelaya ha sido secuestrado, golpe de Estado en marcha en Honduras. Difúndelo.” Ha sido un duro despertar en un domingo por la mañana, sobre todo para los millones de hondureños que se estaban preparando para ejercer por primera vez su sagrado derecho al voto en un referéndum consultivo sobre la convocatoria de una Asamblea Constituyente para reformar la Constitución. Supuestamente, la disputa se centra en el referéndum convocado para hoy, que no es vinculante, sino sólo una encuesta de opinión para determinar si una mayoría de hondureños desean, o no, que se inicie un proceso para modificar su Constitución.


Una iniciativa de este tipo nunca había tenido lugar en esta nación centroamericana, cuya constitución es tan limitada que sólo permite una mínima participación del pueblo hondureño en sus procesos políticos. Dicha constitución, redactada en 1982, en el momento álgido de la guerra sucia del gobierno de Reagan en Centroamérica, fue diseñada para instituir que quienes detentaban el poder tanto económico como político pudiesen mantenerlo con las mínimas interferencias del pueblo.


Zelaya, elegido en noviembre de 2005 por la plataforma del Partido Liberal de Honduras, había propuesto la encuesta de opinión para determinar si la mayoría de los ciudadanos estaban de acuerdo en que era necesaria una reforma constitucional. Su propuesta fue apoyada por la mayoría de los sindicatos y movimientos sociales del país. De haber tenido lugar, y dependiendo de los resultados, se habría organizado un referéndum durante las próximas elecciones de noviembre para votar sobre la convocatoria de una Asamblea Constituyente, pero la encuesta prevista para hoy no era vinculante de acuerdo con la ley.


De hecho, varios días antes de que tuviera lugar, la Corte Suprema de Honduras la declaró ilegal la petición del Congreso. Es de señalar que ambos, Congreso y Corte Suprema, están controlados por mayorías contrarias a Zelaya y por miembros del ultraconservador Partido Nacional de Honduras (PNH). La ilegalización dio lugar a manifestaciones masivas favorables al presidente Zelaya. El 24 de junio, el presidente destituyó al jefe del alto mando militar, el general Romeo Vásquez, después de que éste se negase a permitir que los militares distribuyesen el material electoral para la consulta de hoy.


El general Vásquez mantuvo el material bajo estricto control militar y se negó a distribuirlo, incluso a los seguidores del presidente, con la excusa de que la Corte Suprema había declarado ilegal la consulta prevista y, por lo tanto, no podía obedecer la orden presidencial. Al igual que sucede en Estados Unidos, el presidente de Honduras es el Comandante en Jefe y tiene la última palabra en cualquier acción militar, por lo que ordenó la destitución del general. Ángel Edmundo Orellana, ministro de Defensa, también dimitió como respuesta a esta situación cada vez más tensa.


Pero al día siguiente la Corte Suprema de Honduras restituyó en sus funciones al general Vásquez, tras declarar “inconstitucional” su destitución. Miles de hondureños se echaron a las calles de Tegucigalpa, la capital del país, en apoyo al presidente Zelaya, como muestra de su determinación de asegurar que la consulta no vinculante tuviera lugar. El viernes pasado, el presidente y un grupo de centenares de seguidores, marcharon a la cercana base aérea para recuperar el material electoral previamente secuestrado por los militares. Aquella noche, Zelaya celebró una conferencia de prensa nacional junto a un grupo de políticos de diferentes partidos y movimientos sociales, en la que hizo un llamamiento a la paz y a la unidad en el país.


Ayer sábado se informó que la situación en Honduras era tranquila. Sin embargo, en la madrugada de hoy domingo un grupo de aproximadamente sesenta militares armados asaltaron la residencia presidencial y tomaron como rehén a Zelaya. Tras varias horas de confusión, empezaron a filtrarse informaciones según las cuales el presidente había sido transportado a la cercana base aérea y llevado a la vecina Costa Rica. Hasta el momento no existen imágenes del presidente y se desconoce si su vida está en peligro.


Sobre las 10 de la mañana, hora de Caracas, Xiomara Castro de Zelaya, la esposa del presidente, denunció en directo en TeleSur que en la madrugada del domingo los soldados irrumpieron en su residencia disparando, golpearon al presidente y lo secuestraron. “Fue un acto cobarde”, dijo la primera dama refiriéndose al secuestro, que tuvo lugar a una hora en la que nadie pudo reaccionar. Castro de Zelaya hizo también un llamamiento para que mantuvieran con vida a su marido e indicó que incluso ella desconoce su paradero. Añadió que sus vidas siguen estando en “grave peligro” y pidió que la comunidad internacional denunciase este golpe de Estado y actuase con rapidez para reinstaurar el orden constitucional del país, lo cual incluye el rescate y regreso del democráticamente elegido Zelaya.


Evo Morales y Hugo Chávez, presidentes de Bolivia y Venuela, han realizado declaraciones públicas la mañana de hoy domingo, en las cuales condenan el golpe de Estado en Honduras y han hecho un llamamiento a la comunidad internacional para que reaccione, se restaure la democracia y el presidente constitucional regrese a su puesto. El miércoles pasado, 24 de junio, tuvo lugar en Venezuela un encuentro extraordinario de los países miembros del ALBA (Alternativa Bolivariana para las Américas), de la que forma parte Honduras, con el fin de dar la bienvenida a la organización a Ecuador, Antigua, Barbados, San Vicente y las Granadinas. Durante el encuentro, al que asistió Patricia Rodas, ministra de Exteriores de Honduras, se leyó una declaración de apoyo al presidente Zelaya en la que se condenaba cualquier intento de socavar su mandato y los procesos democráticos de Honduras.


Informes provenientes de Honduras establecen que el Canal 8 de la televisión pública ha sido tomado por las fuerzas golpistas. Hace pocos minutos TeleSur anunció que los militares hondureños están cortando la electricidad del país. Según ha informado la ministra Rodas en TeleSur: “Las comunicaciones telefónicas y la electricidad están cortadas. Las televisiones emiten dibujos animados y telenovelas y no informan al pueblo de Honduras de lo que está sucediendo.”


La situación es muy parecida a la del golpe de Estado de abril de 2002 contra el presidente Chávez en Venezuela, cuando los medios jugaron un papel clave, en primer lugar manipulando la información como apoyo al golpe y, con posterioridad, eliminando cualquier información una vez que el pueblo empezó a manifestarse y terminó por derrotar a las fuerzas golpistas rescatando a Chávez, que también fue secuestrado por los militares, y restaurando el orden constitucional.


Honduras es una nación que ha sido víctima el siglo pasado de dictaduras y múltiples intervenciones de Estados Unidos, entre ellas varias invasiones militares. La última intervención importante del gobierno estadounidense en Honduras tuvo lugar durante los años ochenta, cuando el gobierno de Reagan financió escuadrones de la muerte y paramilitares con el fin de eliminar cualquier “amenaza comunista” en Centroamérica. En aquel momento, John Negroponte era el embajador estadounidense ante el gobierno de Honduras y fue el responsable directo de la financiación y entrenamiento de los escuadrones de la muerte hondureños que asesinaron e hicieron desaparecer a miles de ciudadanos en la región.


El viernes pasado, la Organización de Estados Americanos (OEA) convocó una reunión extraordinaria con el fin de discutir la situación en Honduras. Con posterioridad emitió un comunicado en el que condenó las amenazas a la democracia y autorizó el viaje a Honduras de un grupo de representantes de la OEA. No obstante, el viernes, Philip J. Crowley, secretario de Estado adjunto estadounidense, se negó a definir la posición del gobierno estadounidense con respecto al posible golpe de Estado contra el presidente Zelaya y, en su lugar, emitió una ambigua declaración de la que se desprendía que Washington apoyaba a la oposición al presidente Zelaya.


Mientras que la mayoría de los gobiernos latinoamericanos declararon sin ningún género de duda su más rotunda condena de los planes golpistas de Honduras y su inquebrantable apoyo al presidente constitucionalmente elegido, el portavoz estadounidense afirmó: “Nos preocupa la ruptura del diálogo político entre los políticos hondureños sobre la consulta constitucional del 28 de junio. Instamos a las partes a que busquen una solución democráticamente consensuada al actual callejón sin salida político, que sea conforme a la constitución y a las leyes hondureñas acordes con los principios de la Carta Democrática Interamericana.”


Hoy domingo, a las diez y media de la mañana, Washington todavía no ha emitido ninguna declaración relativa al golpe de Estado en Honduras. La nación centroamericana es muy dependiente de la economía estadounidense, que le asegura una de las principales fuentes de ingresos, las transferencias de dinero que envían los hondureños que trabajan en Estados Unidos bajo el programa de “estatuto temporal protegido”, instaurado durante la guerra sucia de Washington en la década de los ochenta a causa de la enorme inmigración a territorio estadounidense para escapar de la zona de guerra.


Otra fuente importante de ingresos de Honduras es USAID, que aporta más de 50 millones de dólares anuales para programas de “promoción de la democracia”, los cuales habitualmente dan apoyo a las ONG y a los partidos políticos favorables a los intereses de Estados Unidos, como ha sido el caso en Venezuela, Bolivia y otras naciones de la región. El Pentágono también mantiene la base militar de Soto Cano en Honduras, con aproximadamente quinientos soldados y numerosos aviones y helicópteros de combate.


Patricia Rodas, ministra de Exteriores, ha dicho que ha intentado repetidamente ponerse en contacto con Hugo Llorens, embajador de Estados Unidos en Honduras, el cual hasta el momento no ha respondido a ninguna de sus llamadas. El modus operandi del golpe de Estado deja bien claro que Washington está implicado. Ni el ejército hondureño, cuya mayoría ha sido entrenada por las fuerzas estadounidenses, ni las elites políticas y económicas del país derrocarían a un presidente democráticamente elegido sin el apoyo y respaldo de Washington.


Las fuerzas conservadoras de Honduras han sometido al presidente Zelaya a ataques cada vez más frecuentes por su creciente relación con los países del ALBA, en particular con Venezuela y el presidente Chávez. Muchos están convencidos de que este golpe pretende asegurar que Honduras no seguirá acercándose a los países más izquierdistas y socialistas de América Latina.


Marcos Jesus Concepcion Albala

Director de Argos Is-Internacional

MIEMBRO DE LA ‘CAMACOL’ Y DE LA ‘FELAP’

miércoles

Una nueva vida para la OMS

La Organización Mundial de la Salud (OMS) fue creada en 1948 como una especie de Ministerio de Sanidad planetario. Pero poca gente se la tomó en serio. Parecía una institución pensada para tratar problemas de pobres (desnutrición, malaria, tuberculosis, polio), y como tal pasó casi 50 años sin conseguir mucha repercusión. Los países ricos aportaban los fondos, pero poco más.

Prueba de este ninguneo es que ni siquiera su principal mentora, la propia ONU, parecía creer mucho en su capacidad para afrontar nuevos retos. Cuando el sida estalló con toda su virulencia en los países occidentales, la OMS fue dejada de lado. Era el primer gran problema sanitario que afectaba a los países ricos, y se crearon agencias específicas para tratarlo: Onusida y el Fondo Mundial. La misma Naciones Unidas prefirió crear una organización nueva cuando se encontró con una amenaza nueva.

Esta desconfianza -o desidia- tenía varias explicaciones: era difícil convencer a los donantes del Norte para que fueran generosos con enfermedades que no les afectaban. Además, como le pasa a Naciones Unidas en asuntos de política internacional -véase las resoluciones sobre Palestina- no tenía ninguna capacidad para imponer sus políticas. Todo tenía que basarse en la buena voluntad y en consensos de negociaciones eternas y muy pocas veces fructíferas. Nadie se tomaba a la OMS en serio. Cada vez que sus recomendaciones o políticas chocaban con los intereses -o prejuicios- de un país, la organización era relegada a un segundo plano.

Este papel de cenicienta cambió a partir de 2003. El rol de príncipe azul lo hicieron dos virus que de manera consecutiva aparecieron en el sureste asiático. Primero, el coronavirus que causaba el SARS (originalmente llamada neumonía asiática). Su rápida expansión desde Hong Kong a Canadá puso de manifiesto que hacía falta un organismo que estuviera por encima de los intereses nacionales. Si el coronavirus que causaba esta enfermedad fue su príncipe salvador, el auge de los viajes en avión y el mayor peso internacional de los llamados tigres asiáticos hicieron de fieles escuderos. Por primera vez los países ricos de toda la vida se sintieron amenazados por una enfermedad surgida de una región a la que no podían dar la espalda. No es casualidad que los últimos directores de la OMS hayan sido un coreano, Jong-wook Lee y una china, Margaret Chan.

Atajada la neumonía, surgió la gripe aviar. Otro virus (el H5N1) causó alarma en todo el planeta. Fue el momento en que la OMS pudo sacar músculo. Por fin se vio la utilidad de un organismo que no se dedicaba sólo a tareas casi imposibles, como acabar con las plagas tradicionales (hace cinco años venció el plazo que ella misma se dio para erradicar la polio sin que lo haya conseguido).

Este nuevo liderazgo ha sido hábilmente explotada por la organización, que ha conseguido una presencia en los medios de comunicación como nunca antes había tenido. El premio Príncipe de Asturias es prueba de ello. Ahora le queda aprovechar la inercia. Sería una pena que el interés decayera cuando esta epidemia (afortunadamente, de momento muy leve) pase. La OMS debe sacar partido del momento para reforzar sus esfuerzos a largo plazo. La malaria, la tuberculosis, las diarreas infantiles, la obesidad, el tabaquismo, la contaminación doméstica tampoco deben esperar.

jueves

Medio Oriente

Irresponsabilidad internacional

Temas de seguridad internacional van y vienen. Algunos por desgracia son más permanentes que otros. Y el tema que atrajo la atención pública el día de ayer es el del violento e inestable camino para la paz entre Israel y el pueblo palestino. La reunión entre el presidente estadounidense, Barack Obama, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, tuvo como objetivo sentar las bases para un nuevo intento de pacificación de la región con un renovado gobierno israelí.

El nuevo gobierno de Netanyahu, quien comenzó un segundo mandato como primer ministro de Israel apenas el 31 de marzo, es caracterizado por su debilidad política. Por un lado, el partido Likud, de extrema derecha y al cual pertenece Netanyahu, recibió sólo 21% del voto nacional comparado con el 23% que recibió el partido Kadima, el más moderado del espectro. Sin embargo, una negociación entre Netanyahu, los partidos de derecha y el Partido Laborista le brindó la posibilidad de formar gobierno y convertirse así de nuevo en primer ministro. Importante es señalar que la principal desavenencia entre los partidos Likud y Kadima es la posible agenda de paz con los palestinos.

Por otro lado, la posición política internacional de Israel es débil a consecuencia del ataque terrestre y aéreo sobre territorio de Gaza que llevó a cabo de diciembre a enero pasados. Más allá de las controversias alrededor de la enorme ilegitimidad del ataque, es importante tener en cuenta que el Ejército israelí no tuvo la delicadeza de evitar que el ataque alcanzara las instalaciones de la Organización de las Naciones Unidas.

Una comisión independiente reportó a principio de mes que seis de los nueve incidentes (fallecimientos, heridos y daños) registrados durante el ataque fueron responsabilidad directa del Ejercito israelí con costos de 10 millones de dólares.
Con poca fuerza política, Netanyahu se presentó en Washington tratando de dejar en claro las condiciones fundamentales para, por lo menos, comenzar cualquier negociación de paz. Primero, el gobierno israelí exige que la autoridad palestina, en específico Hamas (el movimiento de resistencia islámica de mayor presencia y que gobierna Gaza), reconozca la legitimidad del Estado israelí y su derecho de existir. Segundo, exige que el gobierno de EU haga todo lo posible (y hasta lo que no) para garantizar una de dos, que Irán no desarrolle la tecnología necesaria para lanzar un ataque de destrucción masiva en contra del territorio israelí o que no lo apoye incondicionalmente en caso de que Israel lanzase un ataque “preventivo” sobre Irán.

Dos cosas llaman la atención respecto a ambas exigencias. El principio de reconocimiento mutuo es esencial para la existencia de sujetos políticos internacionales con igualdad jurídica, lo que significa fundamentalmente responsabilidad internacional. Esto pone a la autoridad palestina en una posición en la que no puede cumplir con la exigencia israelí (y la internacional en todo caso). El problema es de principio: mientras Palestina no sea un Estado reconocido, su responsabilidad internacional será muy limitada. Paradójicamente, si el gobierno israelí quiere asegurar que la autoridad palestina sea sujeta a responsabilidad internacional, tiene que aceptar primero la formación de un Estado palestino con el poder institucional necesario para hacerlo. Por otro lado, el desarrollo de la capacidad nuclear militar de Irán, puesta en entredicho pero sobre todo no probada, es un tema que pretende desviar la atención del problema real.

El solo hecho de que el gobierno israelí ponga ambos temas en la misma agenda sólo indica que usará el caso iraní como pretexto en caso de no avanzar en las negociaciones de paz. De hecho la posible relación de los temas tiene una lógica inversa: la creación de un Estado palestino política y legalmente responsable impediría que el gobierno iraní siguiera utilizando dicho conflicto como justificación de su programa nuclear.

El gobierno de Obama y la sociedad internacional en general están en una posición inmejorable para hacer que el gobierno israelí y la autoridad palestina lleguen a un acuerdo de paz. Y la llamada solución con dos estados es la única solución posible de acuerdo con George Mitchell, enviado especial para la paz en Medio Oriente. Hoy no sólo el gobierno estadounidense está exigiendo la creación del Estado palestino; también el papa Benedicto XVI expresó, en su visita a la región, que el Vaticano respaldaba esta medida.

Todo parece indicar, pues, que la mesa está servida para estimular la solución más sensata al conflicto israelí-palestino. Y digo la más sensata porque parece ser la solución de sentido común. Ese sentido común que la ONU evadió cuando al imponer la formación del Estado de Israel no impuso, al mismo tiempo, la formación de un Estado palestino.

domingo

Artículos de prensa seleccionados para un análisis dialéctico

África occidental: el inestable escenario político - Cumbre de las Américas: falta de unanimidad sobre el contenido del texto final - Tailandia: de nuevo a prueba la estabilidad en política interna - Georgia: la OTAN anuncia prácticas conjuntas en Tiflis - Irán-EEUU: pruebas técnicas de un diálogo difícil África occidental: el inestable escenario político

El contexto político de la sub-región occidental del continente africano ha entrado, como consecuencia de una serie de eventos políticos de ruptura y de situaciones de parálisis, en una fase excepcionalmente precaria, precursora de afectar o cambiar las relaciones regionales e internacionales de la zona.


El golpe de Estado en Guinea en diciembre de 2008 y el "doble golpe" en Guinea-Bissau en marzo de 2009 han sido los dos hechos políticos recientes más evidentes que han presenciado la vuelta de los militares a las cumbres de las instituciones de gobierno, a través de una violación constitucional (Guinea) o de la violencia armada (Guinea-Bissau). Junto a estos dos episodios principales, que reabren la inseguridad de las frágiles redes institucionales internas de dos pequeños países, capaces sin embargo de influir en toda la zona de África occidental, a causa de las estrechas conexiones interestatales en la región y de la exacerbación de la criminalidad organizada transnacional (tráfico de armas y de estupefacientes, mercado clandestino), se está produciendo una sucesión de eventos endógenos que peligran con salirse de las fronteras nacionales y e insertarse en el sistema de crisis general que ya caracteriza a esta región del continente. El asalto de un grupo armado al palacio presidencial en Guinea Ecuatorial el pasado febrero, la volubilidad socio-política de las zonas de extracción del Delta del Níger, los enfrentamientos de naturaleza etno-religiosa de los Estados centrales de Nigeria, las disputas territoriales locales en la península del Bakassi entre Nigeria y Camerún, a pesar del acuerdo definitivo de enero de 2006, y la retirada del ejército nigeriano en agosto de 2008, la incertidumbre política en Costa de Marfil, donde los jefes militares de la antigua rebelión son reacios a abandonar sus feudos en el norte del país y el liderazgo central no deja de alargar la fecha para las esperadas elecciones generales, así como el surgimiento de nuevas presiones antipresidenciales en Senegal, las delicadas transiciones en Liberia, Togo y Sierra Leona y la ampliación de gobiernos autoritarios en Burkina Faso, Camerún y Gambia, representan un amplio espacio en el que pueden crearse fracturas político-militares susceptibles de degenerar en violencia o, incluso, en guerra abierta. Este panorama de crisis puede contaminarse posteriormente por factores externos, como los contragolpes de la crisis económica mundial, la llegada de la criminalidad en los ganglios institucionales y las disputas de las multinacionales para poseer los derechos de cobro y explotación de los abundantes recursos naturales de África occidental.


Todo estos escenarios de crisis con alto peligro conflictivo tienen un impacto directo, no sólo en el destino interno, sino también en los intereses económicos de los países no-africanos y, en particular, de las empresas occidentales y asiáticas que tienen grandes inversiones en esta región. El escenario de peligro más temido, sin embargo, es la posibilidad de que se cree un "efecto dominó" de crisis, por el cual, toda la región se vería envuelta en la violencia y por una desestabilización total.



Cumbre de las Américas: falta de unanimidad en el contenido del texto final

En Puerto España, la capital de Trinidad y Tobago, tuvo lugar la quinta Cumbre de las Américas, foro inaugurado por el presidente estadounidense Clinton en 1994 dentro de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Los 34 representante de los Estados miembros se reunieron en un encuentro que ha tenido un fuerte eco internacional, ya que se ha tratado del primer contacto del nuevo presidente de EEUU, Barack Obama, con todos los líderes de América Latina, a menudo hostiles a Washington.


El único ausente en la cumbre ha sido Cuba, que por las históricas restricciones de las que es objeto, no ha podido

participar. Incluso no estando en el orden del día, el debate en torno a la isla caribeña ha sido el que ha monopolizado principalmente la atención de los medios. La presidenta argentina Kirchner solicitó el fin del embargo, una petición que ha sido seguida por el líder venezolano Chávez, como "delegado" de Cuba. El presidente Obama ha subrayado su voluntad de dialogar abiertamente con Raúl Castro para alcanzar una nueva fase de las relaciones con el Estado cubano. Las medidas tomadas durante los días inmediatamente precedentes a la cumbres, consistentes en una reducción de las restricciones sobre la circulación de personas y de las remesas de emigrantes, revelan la efectividad de la voluntad de Washington de suavizar las relaciones con La Habana. Obama y Chávez se han estrechado también la mano y el venezolano ha afirmado que quiere "ser amigo" de su homólogo estadounidense, tras haberlo acusado durante los últimos meses de ignorancia y de ser igual que Bush. La retórica de Caracas no es, sin embargo, indicativa de una convergencia real con la Casa Blanca: la declaración final, que comprendía nuevas indicaciones para las energías renovables y una ampliación del capital del Banco Interamericano de Desarrollo, tuvo tres votos negativos, además del de Venezuela, también el de Bolivia y el de Nicaragua.


Aunque la actitud de Obama ha sido conciliadora y dispuesta hacia el diálogo, es pronto para hablar de una nueva fase de las relaciones entre Estados Unidos y América Latina. El panorama del continente es más complejo respecto a hace algunos años y las divergencias no están presentes sólo entre Washington y los países individuales, sino entre los propios actores que forman la región. Los modelos de integración propuestos por Brasil y México, que ven primaria la cooperación con los Estados Unidos, son de momento incompatibles con los diseños propuestos por el segundo frente, conducido por Caracas, decidido a apuntar hacia organizaciones como ALBA (Alternativa Boliviariana para las Américas) y sus iniciativas, como la creación de una moneda única alternativa al dólar y la fundación de consorcios petrolíferos regionales.



Tailandia: de nuevo a prueba la estabilidad en política interna

A solo cuatro meses de la llegada del gobierno de Abhisit Vejjajiva, el líder del Partido Democrático, que parecía haber estabilizado la situación de la política interna tailandesa, nuevos enfrentamientos, a favor del ex primer ministro exiliado Thaksin, han ensangrentado las calles de Bangkok. Los disturbios comenzaron el 26 de marzo, por la asignación de las tarjetas sociales tailandesas, que ofrecían a los ciudadanos con ingresos mesuales inferiores a los 15.000 bath (312 euros) una suma de 2.000 bath (40 euros); se excluyen del programa de ayuda económica del primer ministro, sin embargo, los trabajadores autónomos y los campesinos que, a pesar de vivir en un estado de gran pobreza, no recibirán ayudas ministeriales. Los 20.000 manifestantes se han vuelto a vestir con la camisa roja, ocupando la sede del gobierno de Bangkok durante 21 días y reclamando la retirada del primer ministro Vejjajiva. Durante el transcurso de las manifestaciones perdieron la vida dos personas y otras 123 resultaron heridas. La inestabilidad política interna ha tenido como efecto inmediato la anulación de la décimo cuarta cumbre de los miembros del ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) prevista para el 11 de abril en Pattaya.


El gran desafío del gobierno de Abhisit Vejjajiva, que no ha aceptado de todas formas dimitir, no es sólo la de restablecer el orden interno sino, sobre todo, reforzar el consenso en torno al Ejecutivo, a través de actuaciones ecuánimes en cuanto a la población en su integridad; un espacio mayor de diálogo con las minorías, políticas y económicas, es necesario para evitar que se repitan los grandes disturbios en el país.


El peligro de un incremento de la violencia parece, en cambio, concreto. Los "camisas rojas", si están guiados por Thaksin desde Oriente Medio, donde se esconde, están listos para entrar en acción si el gobierno no da pasos concretos. También el PAD (movimiento de los "camisas amarillas" que con su protesta prolongada facilitaron la caída del gobierno precedente de Somchai Wongsawat) está listo para tomar las calles si se presentan enmiendas a la Constitución que puedan favorecer de algún modo a Thaksin. El atentado del pasado viernes, en el que resultó herido el líder del PAD, Sondhi Limthongkul, cuyo coche fue golpeado por 50 proyectiles disparados por un hombre, que se dio a la fuga, representa otro paso en una peligrosa escalada.



Georgia: la OTAN anuncia maniobras conjuntas en Tiflis

La OTAN anunció la pasada semana de querer realizar en Georgia el próximo mes (del 6 de mayo al 1 de junio) maniobras militares conjuntas, a menos de un año de la guerra mantenida por Tiflis contra las tropas de Moscú. Las maniobras tendrán lugar a unos 20 km al este de la capital y oficialmente tienen el objetivo de integrar y armonizar los procedimientos y comunicaciones entre los países de la OTAN y sus mayores socios. Sin embargo, algunos países enviados, como Kazajistán, han anunciado que no tienen intenciones de participar. Georgia y Ucrania, de hecho, han pedido, desde hace años, acceder a la organización, provocando ásperas reacciones por parte de Moscú y el desacuerdo por parte de algunos países de la Alianza, como Alemania.


El aspecto técnico de la operación consiste en la participación de 1.300 soldados, procedentes de los 19 países miembros de la Alianza, concentrando la actividad, sobre todo, en el campo de las comunicaciones y de los procedimientos. De hecho, no está previsto el uso de armas con la consecuente movilización de medios, instrumentaciones y sistemas de arma. La práctica, por lo tanto, tiene un significado prácticamente simbólico.


Actualmente, existe un problema puesto en evidencia por las autoridades rusas. Si Georgia entrara a corto plazo en la OTAN, Tiflis participaría sin Abjasia y Osetia del Sur, reconocidas por Moscú, lo que conllevaría un problema de reconocimiento de los separatistas por parte de las cancillerías occidentales. Sin embargo, en el caso de que la OTAN aceptara el ingreso de Georgia con sus dos repúblicas separatistas, el escenario que se configuraría sería el de tener en la Alianza un país que aloja tropas armadas de un país no miembro y con un Estado que no controla todo su territorio. Además del problema de carácter político, por lo tanto, se uniría otros de tenor jurídico, relativos a la soberanía y a la definición de las fronteras.



Irán - EEUU: pruebas técnicas de un diálogo difícil

El próximo 12 de junio se celebrarán en Irán las elecciones presidenciales, al menos hasta la fecha será difícilmente posible evaluar los progresos reales obtenidos por la administración Obama, comprometida en una apertura sin precedentes a la República Islámica. De hecho, durante estos últimos meses, precedentes a la cita electoral, el actual liderazgo iraní (el dúo Jamenei - Ahmadineyad), continúa lanzando mensajes ambiguos, en algunos casos de cierre real y aislamiento en cuanto a Occidente.


Durante las últimas semanas, Irán se ha considerado listo para asumir un papel en la estabilización de Afganistán y, por lo tanto, a retomar el diálogo sobre la cuestión nuclear con el 5+1, pasos claros de acercamiento a la comunidad internacional. Por otro lado, según una exclusiva del New York Times, Estados Unidos tendía la intención de retirar el veto sobre la suspensión preventiva del programa de enriquecimiento del uranio, acción hasta hoy considerada por Washington como un comienzo a cualquier negociación sobre el tema.



A esta sustancial apertura le han seguido declaraciones inmediatas con respecto a la carrera nuclear. El anuncio sobre las 7.000 centrifugadoras en la planta de enriquecimiento de uranio de Natanz (recién inaugurada por Ahmadineyad) y la "fanfarronería" del propio Ahmadinejad sobre la afirmación definitiva de Irán como una potencia regional principal, han puesto en dificultad a la administración de EEUU que, por boca de Clinton, desde el principio tuvo que disminuir el peso de la declaración sobre las centrifugadoras de Natanz y por lo tanto, condenar el régimen por la sentencia que ha llevado a la condenara de 8 años de cárcel, por una acusación de espionaje, a la periodista de pasaporte estadounidense y de origen iraní Roxana Saberi.


Será el presidente saliente (y candidato) Mahmud Ahmadineyad el que, presumiblemente, dicte los tiempos de esta estrategia ya que, sabiendo que tiene en la política interna su punto de mayor debilidad (la crisis económica mundial y la caída vertical del precio del crudo no han hecho más que agravar una economía interna estructuralmente ya débil), se afana ya desde hacer meses para ocupar la escena mediática con los "éxitos" (o presuntos éxitos) obtenidos en política exterior y en el reparto de la investigación aeroespacial. Ahmadinejad y el clero radical tienen el pleno control de los medios de comunicación (las continuas condenas de los blogueros lo demuestran) y esto hace difícil a la a la oposición orientar la opinión pública hacia la aceptación de los posibles beneficios que la oportunidad ofrecida por la apertura de EEUU podría producir.

miércoles

Huyen los cerebros de USA: Pérdidas en el mercado de la ciencia por un terrorismo que espanta

La era Obama despierta grandes expectativas en USA. Sin embargo, resulta difícil suponer que logre competir con una dura competencia externa en plena obsesión por un terrorismo que expulsa investigadores y una crisis que golpea también el mercado de la ciencia. Poco a poco, USA deja de ser el refugio dorado de los científicos e investigadores del mundo


Los atentados de 2001 y la llamada guerra contra el terrorismo causaron el mayor cierre de fronteras en la historia de USA, forzando un éxodo de profesores, científicos e investigadores atraídos por las oportunidades que ofrecen nuevas potencias como India o China. Ciencia es desarrollo, una lección bien aprendida y ejecutada por Asia. Así comienza una interesante nota publicada en el diario español 'El País' que hace un análisis fronteras afuera.

En efecto, es cierto que la era Obama abre nuevas expectativas. Pero, es posible que la ciencia pueda sortear los graves problemas derivados de la actual crisis económica? Como en el ámbito automotriz y muchos otros, aunque quizás en una escala un poco menor, la ciencia también produce despidos y desocupados en el país del norte.

Se produce a la vez, algo que el diario español rescata a modo de título: "Los que regresan a sus países encuentran mejores empleos".

Así el gigante norteamericano atrae cada año a menos estudiantes extranjeros. Y lo confirma el Consejo de Escuelas de Posgrado de USA. Las solicitudes que más han descendido fueron las de India, que son un 9% menos que en 2008. Las de Corea del Sur han bajado un 7%. Las de China, aunque han crecido un 16%, lo hacen a un ritmo mucho menor que hace un lustro. Y, aunque muchos estudiantes chinos se formen en universidades americanas, la tendencia creciente es regresar a su país para aprovechar el boom de la economía local.

El número de estudiantes que regresó a China en 2008 es de 69.300, superior en un 56% al de 2007, según datos de la agencia estatal 'Xinhua'.

En 30 años, casi un millón y medio de chinos han buscado completar su formación fuera. Casi 400.000 han regresado, muchos atraídos por los programas creados por el Ministerio de Educación chino.

"Las pérdidas de América son una ganancia para el resto del mundo", proclama un reciente estudio de las universidades de Duke, Berkeley, Harvard y Nueva York. Sus autores entrevistaron a 1.300 estudiantes chinos e indios que habían regresado a sus países tras pasar por USA. Los licenciados que volvieron a sus países obtuvieron mejores puestos de trabajo.

Entre los indios, un 10% trabajaba como directivo en USA. Al regresar a su país, esta cifra creció hasta el 44%. Entre los chinos, pasó del 9% al 36%.

"Los inmigrantes de China e India que regresan a sus países lo hacen porque perciben mejores oportunidades económicas y profesionales. Informan de un avance laboral significativo y puestos de trabajo de mayor responsabilidad", dice el informe.

"Dificultades laborales provocadas por una política de concesión de visados restrictiva pueden estar jugando un importante papel en este éxodo", añade.

Los miles de inmigrantes que dependen del visado saben el formidable laberinto al que se enfrentan. Los problemas comenzaron en 2001. En la que George Bush bautizó como "guerra contra el terrorismo", USA se convirtió en una fortaleza. Los 19 terroristas que perpetraron los ataques habían obtenido permisos de entrada con relativa facilidad en Arabia Saudí, Alemania y los Emiratos Árabes Unidos. En 2004, la comisión de investigación de los atentados emitió una recomendación que se ha cobrado un ingente número de víctimas colaterales: "Concentrarse en la capacidad de viajar de los terroristas es un arma tan importante como concentrarse en su financiación".

Desde entonces, conseguir un visado se convirtió en algo, para algunos, muy complicado. Las dificultades empiezan en los consulados y llegan hasta la aduana. Como se suele decir en las embajadas, un visado le permite a una persona viajar a USA, pero no garantiza la entrada al país.

Cuenta el diario español el caso de Rashid Bukhari. Este empleado del think tank Search for Common Ground llegó al aeropuerto de Dulles (Washington) el 26 de enero. Venía de Islamabad. Disponía de un visado en regla por viaje de negocios que expiraba en 2012. También tenía un billete de regreso para Pakistán el 4 de febrero. Y, con todo, tuvo que pasar el trago de un registro de su equipaje y una entrevista a fondo con un agente de inmigración. "Pensé que me habían elegido para un análisis aleatorio y decidí cooperar", explica. "Nunca se me ocurrió que me cancelarían el visado y que me mandarían de regreso a casa".

Los agentes lo retuvieron durante 15 horas, sin permitirle hacer ninguna llamada. Tomaron su teléfono y su ordenador portátil. Le interrogaron sobre sus intenciones al visitar EE UU, y a tenor del acta, sospecharon que su visita podría esconder otros propósitos más allá que trabajar para su think tank, en el que coordina proyectos para avanzar en el entendimiento entre el islam y Occidente.

-¿Ha pertenecido o pertenece a alguna organización que busque dañar los intereses de USA aquí o en el extranjero?

-No.

-¿Conoce o tiene amigos que quisieran la destrucción de USA o de sus intereses aquí o en el extranjero?

-No tengo ese tipo de amigos. No me agradaría que USA fuera la víctima de nada porque me gusta este país.

-Parece que usted quiere ser un inmigrante sin estar en posesión de un visado de inmigrante, y por lo tanto no se le puede admitir en USA. Su visa le será cancelada y se le devolverá a su país. Debe obtener un nuevo visado antes de cualquier nuevo intento de entrada en USA.

A Bukhari le ofrecieron un pacto que no consta en las actas. El agente le dijo que si no trataba de apelar a oficiales de más alto rango, se le permitiría regresar a Pakistán y solicitar un nuevo visado. Pero si decidía indagar más, se enfrentaba a una suspensión de cinco años.

"No me queda duda de que se trata de una cuestión racial", dice John Marks, presidente y fundador de Search for Common Ground y, por tanto, jefe de Bukhari. "No creo que quepa duda de que se trató a Bukhari de forma diferente porque es musulmán. Me resulta difícil imaginar a un europeo caucásico enfrentándose a las mismas trabas. Es un asunto que se ha visto agravado tras los atentados de 2001".

El caso de Bukhari ilustra un problema mucho mayor y que está provocando la sangría migratoria que vive la comunidad científica de USA. Cuando no se encuentran con un rechazo directo en la frontera, se enfrentan a dilatadísimos retrasos en la tramitación de sus visados.

'The New York Times' informaba recientemente del caso de Alena Shkumatava, investigadora bielorrusa que ha decidido abandonar sus estudios en USA porque el año pasado la embajada en Minsk tardó tres meses en tramitar un visado que, finalmente, tuvo que conseguir en Moscú. Shkumatava estudia genética en el Massachusetts Institute of Technology. En su tortuoso viaje a Europa, el año pasado, vio con terror cómo sus investigaciones se veían congeladas por tres meses. "Estoy harta de que se me trate con esta hostilidad en el país en el que vivo", dice.

Fuentes del Departamento de Estado aseguran que los retrasos en la tramitación de los visados se deben, simplemente, a un problema de personal. Pero, según los expertos, el Departamento de Estado, encargado de los consulados norteamericanos, no es el único que tiene responsabilidad.

El informe Más allá de la fortaleza americana, publicado por la Academia Nacional de Ciencias, apunta que "aunque USA sigue siendo un líder mundial en ciencia avanzada y tecnología, ya no domina este ámbito; es sólo uno más entre los demás líderes". "Somos cada vez más interdependientes del resto del mundo. Nuestros controles de visados han hecho cada vez más difícil para profesionales extranjeros con talento el poder venir y aprender lo excelente que tiene este país, o quedarse y hacer crecer la economía".

"Casos como éstos son una poderosa arma de disuasión", asegura Albert Teich, de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia. "Esto, sin embargo, no es un problema que recaiga exclusivamente sobre el Departamento de Estado. Hay otras agencias de seguridad que tienen poder de decisión. Muchas veces son ellas las que ralentizan el proceso. El presidente Obama tiene ante sí una oportunidad única para acometer una reforma racional del sistema".

En el programa electoral de Obama figuran puntos como "reducir los retrasos de tramitación para que inmigrantes altamente cualificados se conviertan en residentes permanentes", "crear una vía rápida para que los estudiantes extranjeros que reciban un título universitario avanzado en ciencias puedan recibir un visado de trabajo sin tener que regresar a su país" o "luchar contra la imagen de que estudiantes internacionales, investigadores, científicos e ingenieros no son bienvenidos en USA".

"Éste es un buen momento para efectuar un cambio", opina Teich, quien, junto con otros representantes de la comunidad científica, ha preparado una declaración sobre este asunto que le hará llegar a Obama. "Si el presidente ya ha aportado cambio en asuntos como el de la investigación con células madre o el calentamiento, ¿por qué no en los visados para estudiantes e investigadores? Al fin y al cabo, en su plan de estímulo económico ya ha destinado US$20.000 millones para la investigación científica".

Aparte de las aulas y los laboratorios, también las empresas punteras de USA se nutren de mano de obra extranjera altamente cualificada. Se calcula que hay unos 500.000 trabajadores extranjeros en USA acogidos al programa de visados H-1B, unos permisos de residencia y trabajo temporales diseñados para que las industrias puedan retener a personal extranjero. Las firmas que más visados de este tipo tramitan son las que forjaron la revolución informática de finales del siglo XX: Microsoft, IBM, Oracle, Cisco, Intel y Google, por ejemplo.

Hace un año, Obama dijo que apoyaría "un aumento del programa de visados H-1B como una medida temporal hasta que se pueda reformar el sistema migratorio de forma razonable". Sin embargo, un desempleo que roza el 8% y dos millones de empleos perdidos este año hacen peligrar la concesión de visados H-1B. El pasado 23 de marzo, el Gobierno anunció que las empresas que reciban ayudas públicas en época de crisis deberán dar prioridad a la contratación de estadounidenses antes que a extranjeros.

Diversas organizaciones laborales y jurídicas se han opuesto a la medida. "El paquete de estímulo económico puede ser de ayuda, pero puede ser contraproducente si restringe el acceso a talentos globales de altos vuelos que pueden ayudar a crear puestos para trabajadores norteamericanos", según Charles H. Kuck, presidente de la Asociación Americana de Abogados de Inmigración. "En muchos sentidos, esta decisión es contraria al llamamiento del presidente Obama de que los valores que secundan el paquete de estímulo económico deberían sustentarse no sobre factores ideológicos, sino por su efectividad".

Aunque Obama haya manifestado su voluntad de ampliar las ofertas a trabajadores extranjeros, su gran problema puede estar en el mismo Capitolio. Los congresistas, que se deben a los votantes, ven el aperturismo como un riesgo difícil de amortizar. Los senadores Chuck Grassley y Dick Durbin presentaron en 2007 una ley que obligaría a las empresas a dar prioridad a los trabajadores norteamericanos. Ambos opinan que esta crisis es la prueba ideal de que se debe llegar a tal extremo. La ley tiene más opciones de prosperar que nunca. "Los visados H-1B fueron ideados para utilizarlos como una medida temporal cuando no había trabajadores americanos cualificados para cubrir puestos altamente especializados".

"En esta materia, las cosas no se pueden analizar en el corto plazo", dice James Sherk, experto en política laboral en la Heritage Foundation, un prestigioso centro de análisis político de ideología conservadora. "Que Estados Unidos contrate a 40.000 trabajadores extranjeros no significa que 40.000 norteamericanos perderán una oportunidad de empleo. Lo que importa es la destreza y la preparación. Estos trabajadores extranjeros, con su formación de alto nivel, pueden ser de mucho valor para dinamizar el sector y crear más puestos de trabajo en el futuro".

En sus primeros días en la Casa Blanca, Obama se ha comprometido a acometer una reforma del sistema migratorio, que lleva años en el limbo de los asuntos políticamente delicados. De él depende que USA vuelva a convertirse en el refugio dorado de los científicos e investigadores del mundo.

domingo

El diferendo: Estados Unidos contra la Revolución Cubana

Remotos, pero muy remotos, son los antecedentes que contribuyen a explicar la complejidad, la persistencia y subjetividades envueltas en el diferendo que opone a Estados Unidos con la Revolución Cubana iniciada en enero de 1959. Tal maraña de antecedentes históricos antiguos y contemporáneos han generado un “nudo gordiano” en el desarrollo de las relaciones interamericanas actuales. Una explicación convincente no sólo pueden contemplarse con los datos más reciente. El problema incluye aspectos políticos y diplomáticos, económicos y culturales, pero también un espectro intrincado de percepciones. Todo junto, jugando destinos históricos.

El diferendo como fenómeno político-diplomático germinó en el mismo año de 1959. Pero tal germinación se produjo en un surco muy bien alimentado por una serie de experiencias históricas sedimentadas en la conciencia de la nación cubana.

Desde los días en que Tomás Jefferson hacía sus cálculos geopolíticos a costilla de territorios que aun estaban dominados por España ya algunos cubanos sagaces veían el peligro que apenas asomaba. El talentoso ideólogo de la plantación esclavista, Francisco de Arango y Parreño, sospechó de las potencialidades del fenómeno estadounidense en expansión inescrupulosa y acelerada. Tenía razón en la incidencia que podía tener sobre Cuba: los iniciales despuntes independentistas cubanos lo tuvieron por colateral opositor. Algo más contribuyó a la formación de una incipiente conciencia criolla el no menos talentudo José Antonio Saco, que escribió fuertemente contra los deliquios anexionistas en la isla y en la Unión. Mucho más contribuyó José Martí con sus análisis de la realidad estadounidense: la gestación de un imperialismo expansionista amenazando no sólo a Cuba, a todo el sur del Río Bravo. Para impedirlo fundó el Partido Revolucionario Cubano. Desde 1898, las experiencias no solamente fueron teóricas. La frustrante injerencia en la guerra cubana de independencia, la ocupación del país, la imposición de la Enmienda Platt a la Constitución cubana que franqueaba la injerencia y menguaba la autodeterminación y soberanía bien ganada en solitaria pelea, infirieron dolorosas y humillantes heridas en la dignidad nacional. Heridas que fueron removidas una y otra vez con nuevas injerencias y el manejo caprichoso de los gobiernos de aquella república que era el reverso de la soñada por Martí. De manera que cuando se desató un movimiento revolucionario que retomaba parte de aquel programa frustrado, adecuándolo a las nuevas realidades de la dependencia, del subdesarrollo, de la incultura, del deterioro político y administrativo crónico, hicieron todo lo posible por impedirlo.

Una vez instalado el equipo político encabezado por Fidel Castro, llevando a efecto reformas que trasgredían las planteadas en Guatemala apenas unos añitos atrás y que sellaron la acción contrarrevolucionaria perpetrada por los servicios de inteligencia, la United Fruit y los apoyos de Trujillo y Somoza, no cabían dudas de la confrontación. Lo sabían los políticos de Washington y los de La Habana. Sólo faltaban chispitas para que se desplegara. Las fricciones se pusieron a la vista con la Reforma Agraria.

Hasta ese momento las relaciones diplomáticas se habían desenvuelto en un clima de expectación mutua. Se estudiaban recíprocamente. La diferencia estribaba en que el equipo revolucionario sabía a qué atenerse con aquel régimen con un gabinete de millonarios, que había metido las manos en Guatemala, que amparaba a gobiernos dictatoriales, que había orquestado la caída y muerte de Mossadegh en Irán. En tanto, los operadores estadounidenses buscaban brechas para trabajar en dirección contraria al equipo de Fidel Castro. Fue obvio el malestar cubano ante la negativa de extradición de los criminales de guerra y con respecto al desfalco de más de 400 millones de dólares extraídos de Cuba. Estados Unidos tampoco hacía nada respecto a los planes de Trujillo de organizar un ejército contra Cuba. Ya no tenían la Misión Militar, despachada a casa desde enero. Habían aumentado el personal “diplomático”. Obstruían con éxito la adquisición de aviones y armas por parte del gobierno cubano.

La Ley de Reforma Agraria el 17 de mayo desbordó la forzada inercia mantenida por Washington. Creo que hasta ese momento se mantenían pasmados, sorprendidos, por el rumbo y la repercusión latinoamericana. El repudio de que había sido objeto en su fallida gira los tenía atados de manos. Pero la anunciada Reforma Agraria, demanda generalizada en el mundo subdesarrollado, podía soliviantar aun más al campesinado de América Latina. Desde su promulgación la Embajada en la Habana quedó sobrecogida. La versión aprobada había sido la del grupo más radical. La reacción estadounidense no dejaba margen para la negociación:

“El gobierno de los Estados Unidos reconoce que de acuerdo con las leyes internacionales un estado tiene el derecho de tomar la propiedad dentro de su jurisdicción con fines públicos en la ausencia de tratados y otros acuerdos en contrario; sin embargo, este derecho está aparejado con la correspondiente obligación por parte del estado de que tales medidas sean acompañados por el pago de rápida, adecuada y efectiva compensación.

“El texto de la Ley Agraria Cubana da seria preocupación al Gobierno de los Estados Unidos de América respecto a las adecuadas previsiones referentes a las compensaciones a los ciudadanos norteamericanos cuyas propiedades serán expropiadas. Visto el caso de que en muchas ocasiones en el pasado, en que las consultas de los problemas que puedan afectar a ambos países ha tenido un resulta-do mutuamente beneficioso, siento mucho que hasta este momento el gobierno de Cuba no haya encontrado oportunidad para escuchar los puntos de vista de inversionistas norteamericanos en cuyos intereses aparentemente están afectados.

“Por las tradicionales relaciones de amistad y económicas que ligan tan estrechamente ambas naciones, estoy seguro que su Excelencia comprenderá y apreciaría la esperanza que el Gobierno de los Estados Unidos tiene de que será posible tener futuros cambios de opinión, siempre que sea necesario, respecto a la Ley de Reforma Agraria en asuntos que son de profundo interés para ambos Gobiernos”.

Ni el gobierno cubano podía compensar de otro modo, – bonos pagaderos a 20 años al 4.5 por ciento de interés - con el Tesoro exhausto, ni habría de cambiar de opinión por presiones de esa naturaleza. A mi modo de ver, ya la suerte de las relaciones bilaterales estuvo echada desde esos momentos, aunque ninguno quería dejar evidencia de haber echado la primera piedra. Era muy grande la reputación que gozaba el proceso revolucionario cubano para arriesgar una reacción continental imprevisible.

Fue entonces en que empezaron los preparativos secretos para una operación neutralizadora. Porque para entonces la campaña mediática estaba en pleno desarrollo. El fracaso de la agresión estimulada por Trujillo dejó ver que se requería muchos más recursos y tecnologías.

No se descartaron aun las presiones económicas. ¿Cómo un país que descansaba en la producción azucarera para el mercado estadounidense podría resistir unos apretones en ese producto? Una serie de incidentes, que veremos más adelante fueron sazonando el clima. Temores de una parte y otra fueron acelerando, el conato de diferendo. Del lado cubano el temor a las sufridas injerencias, a la frustración de los cambios necesarios como en 1934, temor a la colocación de una nueva dictadura proimperialista. Del lado contrario un miedo mayor. Así lo creo. No hay enemigo pequeño. Cierto. La pequeñez geográfica, económica, demográfica de Cuba podría parecer sin importancia para una potencia tan poderosa. ¿Cómo podría albergar tanto miedo? ¿Generar un nivel de paranoia tan desaforado? ¿Un desajuste de tal naturaleza? Quizá la parábola de David y Goliat, no haya estado sólo en la cabeza de los pequeños, también en los que se consideran gigantes. La firmeza con la cual respondió el David antillano afectaba no tanto la estructura del sistema capitalista estadounidense como la solidez de su hegemonía. Para controlar la rebeldía, sostener a la América Latina dentro del papel subordinado en el subsistema imperial, para evitar la contaminación por vías de ejemplo, optaban por aplicar el terror, el terror asfixiante contra la islita insumisa y el terror contra los gérmenes de inconformidad alentados en el resto de las repúblicas del continente. Tal fue el origen del diferendo, del apoyo a la contrarrevolución y de la ola golpista que estremeció a toda la América.