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La miopía política impide comprender los cambios que vive América Latina

Entre las tareas pendientes están la transformación social, la inequidad y mayor democracia. Algunos desafíos son superar la economía primaria exportadora y el neoliberalismo. Contamos a favor con la conciencia del pueblo, los recursos naturales y nuevos liderazgos .

Quito, República del Ecuador. A propósito del encuentro que sostendrán los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y Rafael Correa de Ecuador, en los próximos días en Quito y que coincidirá con la celebración de la Batalla de Pichincha, conversamos con el historiador ecuatoriano Juan Paz y Miño (JPyM) sobre el significado de esta fecha, el nuevo ciclo político que se está abriendo en América Latina, los obstáculos por vencer para lograr cambios en estas naciones y los puntos que están a favor para sacarlos adelante.

Para este historiador nacido en Quito y profesor la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, en América Latina estamos cerrando el ciclo histórico del proceso económico neoliberal, acompañado con clases políticas irresponsables, para entrar en un nuevo ciclo en el que se reconstituyen las capas, se recomponen las fuerzas políticas, los nuevos liderazgos aparecen y se reorientan las economías y trayectorias de nuestros países. Lo vemos a partir del inicio del nuevo milenio en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil, Argentina y los síntomas que estamos observando en Paraguay.

Naturalmente, cuando estos procesos se expresan políticamente provocan resistencia. Ejemplo, desde el año 2006 en Ecuador hemos tenido seis procesos electorales en los que hemos triunfado las fuerzas que están de acuerdo con este nuevo ciclo. En el caso de Venezuela, llevan varios procesos electorales y la construcción de un nuevo país desde hace una década. Hay los sectores de derecha que cuestionan esto y dicen es la dictadura de las mayorías. Una frase que alimenta más que la estupidez humana. Si la democracia es mayoría se supone que esa expresión mayoritaria es la que da fundamento a nuestros gobiernos.

Lo que sucede es que se resienten de estos procesos de cambios. Y en la lucha política internacional se culpa a una u otra posición de las causas de los problemas de América Latina. Aquí en Ecuador se dice que estamos siguiendo el modelo chavista, es decir, hay una miopía de análisis histórico de lo que ocurre en nuestros países. Suponer que hay influencias o intromisiones internacionales es dejar de lado la historia y dejar de hacer análisis correctos. En la época de nuestra revoluciones liberales, por ejemplo, nuestro héroe Eloy Alfaro se identificó con los procesos liberales de toda América, por ello fluían ideas e intercambiaban apoyos, y claro los conservadores de la época también los calificaban de impíos”.

¿Batallas por librar?
JPyM: El proceso de independencias en América Latina forma parte de un primer momento en la construcción de los nuevos países. Ese proceso sembró las ideas de soberanía, independencia y republicanismo, pero se quedó corto en la transformación de las realidades que se heredaron de la colonia. Por ello, a 200 años de estos procesos reconocemos que hay tareas pendientes: la transformación social, con beneficio para las amplias capas, la inequidad y la necesidad de una mayor democracia para ir hacia una segunda independencia, que tiene sobre todo una base de cambio social.

¿Obstáculos por vencer?
JPyM: El tipo de economía. Nuestras economías son principalmente primarias exportadoras y por ello los procesos de desarrollo tecnológico e industrial han quedado concentrados en los países del capitalismo central, lo que sigue provocando diferencias y dependencia de nuestros países frente a estos otros. En consecuencia, es necesario cambiar nuestros modelos primarios exportadores y tratar de construir modelos de economías distintas.

Otro gran límite, sobre todo en nuestro pasado inmediato, es la aplicación y la creencia de que el mercado libre absoluto y la empresa privada libre absoluta serían las determinantes de nuestros desarrollos; hoy se ve que esta visión ocasionó mayor pobreza, mayor miseria, desempleo y ante todo inequidad.

Tenemos el desafío de tratar de participar en un mundo globalizado, cuyas directrices fueron dadas por las trasnacionales, en mejores posiciones y con nuestras propias condiciones. El mundo europeo, el americano, el occidental deben entender que en América Latina los procesos históricos son distintos, nuestra economía funciona diferente y nuestra democracia tiene que funcionar de distinta manera a la simple democracia institucional que se construyó en esos países. Para estos retos necesitamos del ejercicio de autoridad de un Estado que lleve adelante un proceso transformador.

¿Qué tenemos a favor para lograr estos cambios?
JPyM: Tenemos ventajas enormes. Tenemos unas poblaciones en América Latina que a pesar de los sistemas de opresión que vienen desde la época colonial, han logrado sobrevivir, crear, generar trabajo y una dinámica que bajo las condiciones de una mejor democracia estallarán como movimientos que podrán impulsar a nuestros países con una energía y vitalidad increíbles.

Otra fortaleza, somos regiones con múltiples expresiones y recursos que dinamizados en función de los altos intereses sociales y no simplemente de las capas de dominación económica, beneficiarán ampliamente nuestra poblaciones. Tenemos la ventaja de poblaciones que tienen afirmada la idea de democracia y de construcción en paz, mucho más fuerte ahora que en el pasado. Nuestra revoluciones tienen la capacidad de construir sobre bases pacíficas e institucionales un nuevo tipo de sociedades.

Hablemos del 24 de mayo de 1822 que se conmemorará en los próximos días
JPyM: Este año hablamos de la celebración del bicentenario en América Latina nos referimos a la celebración en aquellos países que comenzaron los procesos de independencia en 1809. Los primeros de ellos ocurrieron en Chuquisaca, La Paz y Quito. En el caso de Ecuador, el 10 de agosto de 1809 arrancó el proceso de independencia una vez que se instaló una junta soberana de gobierno, que desconoció a la autoridad de la audiencia y conformó un gobierno criollo propio. En ese año también ocurrieron movimientos parecidos en Caracas, Bogotá, Santiago de Chile y Buenos Aires, donde se constituyeron juntas similares a las de Quito.

Ahora bien, el 24 de mayo de 1822 se produjo en Quito, en las faldas de Pichincha, la batalla que selló el proceso de independencia de Ecuador. Por eso reconocemos como un hecho clave de la emancipación ecuatoriana lo que ocurrió en esta fecha.

Inmediatamente la llegada de Simón Bolívar a Caracas en 1810 comienza el proceso libertario desde el norte de Suramérica, y al mismo tiempo arranca desde el sur el movimiento libertario de Chile y Argentina con el general José de San Martín. De manera que ascendiendo desde el sur San Martín y bajando desde el norte Bolívar, en Quito confluyen todas estas fuerzas. Y una vez liberado Quito en la Batalla de Pichincha, desde aquí se organizan los recursos, armas, provisiones y estrategias para liberar al Perú y al último reducto que quedaba por libertar: Bolivia.

Ecuador Luz de América. Entre 1809 y 1822 la revolución de Quito tuvo un desenlace grave con la matanza de próceres el 02 de agosto de 1810. Murió lo mejor de la intelectualidad y de la élite política que había hecho el movimiento revolucionario. Esa muerte fue tan escandalosa en toda América, que por eso en Chile se bautizó a Quito como luz de América, y Simón Bolívar reconoció en la muerte de esos compatriotas un hecho que marcó las infamias del proceso. A partir de este momento, Bolívar lanza el grito de guerra a muerte contra los españoles.

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