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El gesto de Álvaro Uribe de dialogar con sus vecinos no es incondicional

deseo de Colombia de recomponer relaciones con Ecuador y Venezuela es una de las fórmulas que su diplomacia halló para bajar la tensión con ambos vecinos, que se agudizó a raíz del acuerdo de defensa y seguridad que suscribirá con Estados Unidos

Santiago Zeas. Corresponsal en Bogotá

El deseo de Colombia de recomponer relaciones con Ecuador y Venezuela es una de las fórmulas que su diplomacia halló para bajar la tensión con ambos vecinos, que se agudizó a raíz del acuerdo de defensa y seguridad que suscribirá con Estados Unidos.

La semana pasada, el presidente colombiano Álvaro Uribe convocó a la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores. Con ese cuerpo colegiado analizó la incómoda situación en el que quedó su gobierno en la región, luego del anuncio de que tropas de EE.UU. usarán siete bases militares colombianas.

Ernesto Samper, ex presidente de la República y miembro de esa Comisión, explicó que en esa reunión se evaluó la opción de conciliar posiciones con Quito y Caracas.

De ahí que el pronunciamiento del presidente Uribe, el viernes pasado en Medellín durante un encuentro con el gremio empresarial del país, en el que volvió a pedir perdón a Ecuador por el ataque a Angostura, es parte de la estrategia trazada por Bogotá para bajar tensiones.

Sin embargo, el anuncio de Colombia de buscar el restablecimiento de relaciones con Ecuador –rotas desde marzo de 2008- no es incondicional.

El canciller Jaime Bermúdez fue el encargado de realizar las precisiones sobre el alcance de las palabras del presidente Uribe. Por ejemplo, que no es negociable la suscripción del acuerdo militar con Washington y otras decisiones del Gobierno colombiano que representan un “interés nacional”. “Las relaciones internacionales no pueden simplemente partir del supuesto de que el diálogo per se es bueno”, dijo el Jefe de la diplomacia colombiana, al enfatizar que la firmeza será una de las políticas.

En este marco, en Colombia aún es una incógnita hasta qué punto la Casa de Nariño (sede del Ejecutivo colombiano) está dispuesta a ceder en el diálogo condicionado que planteó ayer el presidente ecuatoriano Rafael Correa en su cadena sabatina.

De hecho, desde que se desató la crisis bilateral, Bogotá no se ha pronunciado sobre las cinco exigencias planteadas por Quito para retomar nexos diplomáticas. Entre ellas figura el fin de la campaña mediática orquestada desde Colombia para involucrar a miembros del gobierno del presidente Correa con la guerrilla de las FARC.

En efecto, ayer, hasta el cierre de esta edición, no hubo una reacción oficial sobre la propuesta del presidente Correa.
Álvaro Uribe dirigió ayer una jornada de rendición de cuentas de sus ministros al ingresar en el último año de su segundo período presidencial, pero no se refirió al tema Ecuador.

No obstante, esa actividad gubernamental continúa hoy, con el informe del canciller Bermúdez en el que pudiera haber algún pronunciamiento



http://guasabaraeditor.blogspot.com/2009/08/panorama-global-noticias-y-opiniones-16.html

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