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Carta No publicada del Embajador de Israel al diario El Mundo

Esta carta fue remitida al diario El Mundo pero no ha sido publicada. El diario mostró su disposición a publicar la carta siempre y cuando se redujera su extensión. El Embajador considera que el artículo requiere una respuesta extensa y que, por tanto, la carta debería ser publicada íntegra:

Estimado Director,

El artículo “Obama en el laberinto de Asia Central” de Manuel Trigo Chacón (7 de julio) es un muy buen ejemplo –o sea, un muy mal ejemplo– de una especie de pobreza intelectual en las opiniones y análisis sobre Israel y lamentablemente muy extendida en los medios de comunicación y en las universidades. Los síntomas de este fenómeno son: sesgo, verdades a medias, omisión de hechos, descontextualización y mentiras. El artículo de Trigo es un modelo perfecto de la mayoría de estos elementos, por lo cual merece un mínimo análisis, como servicio a los lectores de El Mundo y a la verdad. A pesar de ser un poco extenso, le agradeceré su publicación.

Escribe Trigo:

En el caso de Palestina, el Holocausto del pueblo judío removió la conciencia de los estados vencedores en la II Guerra Mundial, y propició en el comienzo de la era de las Naciones Unidas la creación del «Hogar Judío», que se transformaría en el Estado de Israel, asentado en las tierras de Palestina, cuando estaban bajo mandato británico. Es en 1947 cuando Israel, aceptado como Estado en la comunidad internacional, comenzó a desplazar de forma continua a una población asentada pacíficamente en la tierra sagrada de Oriente, iniciando así su andadura política en el mundo contemporáneo, con el apoyo del Reino Unido y de EEUU, originando una reversión de alianzas entre Occidente y el mundo islámico.

El párrafo anterior es una clara distorsión de la realidad. Israel no nació únicamente como consecuencia del Holocausto. El movimiento sionista nació en la segunda mitad del siglo XIX. Ya en la década de los 20 (del siglo XX) existía bajo el mandato británico la infraestructura institucional sobre la cual se fundaría años después el estado de Israel.

Los cientos de miles de judíos que habían emigrado a este territorio antes del Holocausto no despojaron de sus tierras a los habitantes locales, sino que se instalaron en tierras vacías o las compraron pagando su valor completo. En este territorio nunca ha existido un estado llamado Palestina. Las Naciones Unidas no adoptaron en 1947 la resolución de formar un “hogar judío”, sino el establecimiento de dos estados, uno judío y otro árabe (palestino). El liderazgo árabe lo rechazó y declaró la guerra a los judíos. Los árabe fueron derrotados en esta guerra y es por ello que en 1948 no nació también el estado palestino. También la formulación “desplazar de forma continua a la población árabe” está descontextualizada. A partir de aquel año, se registró otro desplazamiento: el éxodo forzoso de cientos de miles de judíos de los países árabes. La diferencia es que, mientras que los palestinos se declararon en guerra contra los judíos y contra la resolución de la ONU, los judíos de los países árabes tuvieron que salir sólo por ser judíos. Este el correcto contexto histórico.

Escribe Trigo:

A lo largo de estas décadas, se ha impedido por todos los medios que los palestinos tengan un Estado propio con sus fronteras reconocidas, porque Israel no lo ha consentido nunca.

Es una mentira flagrante. Entre los años 1948 y 1967 los territorios de Cisjordania y la Franja de Gaza estuvieron en manos de Jordania y Egipto, respectivamente. Las razones por las cuales no se estableció allí un estado palestino entonces tienen que ver con la negativa de estos países árabes que no querían el nacimiento de un estado palestino en aquellos territorios y, lo que es más importante, el movimiento nacional palestino estaba en sus primeras etapas. La OLP se estableció sólo en 1964. Años más tarde, en 2000 y otra vez en 2008, los primeros ministros de Israel, Barak y Olmert, aceptaron ante sus interlocutores Arafat y Abu Mazen el establecimiento de un estado palestino en todo el territorio de Cisjordania y Gaza, incluso un compromiso sobre Jerusalén. Trigo miente.

Escribe Trigo:
El 27 de diciembre de 2008, Israel inició la operación Plomo Sólido contra la franja de Gaza, y tras 22 días de guerra muy desigual, murieron más de 1.500 civiles, en ataques con bombardeos indiscriminados y el empleo de bombas de fósforo.

Oculta hechos y cuenta verdades a medias. Israel salió de la Franja de Gaza en 2005 e incluso desmanteló asentamientos, pero en vez de obtener paz en esa frontera recibimos durante más de tres años el lanzamiento continuo de cohetes y misiles sobre la población civil. Este ha sido el trasfondo de la operación en la cual murieron 1.166 palestinos de los cuales no menos de 709 combatientes armados de Hamás, Jihad Islámica y otras, y no 1500 civiles como dice Trigo. Él dice que fue desigual. ¿Desigual? Sí, pero no más desigual que las guerras de la OTAN en Serbia o Afganistán. También hubo más bajas alemanas que inglesas y estadounidenses juntas durante la segunda guerra mundial. Según la lógica de Trigo, ello significa que fue desigual y que por lo tanto ¿los nazis fueron las víctimas de la guerra?

Al contrario de lo que escribe Trigo, no fueron indiscriminados, sino dirigidos contra el origen del fuego y las instalaciones de la banda terrorista Hamás. El hecho lamentable de que hubiera un elevado número de víctimas se debe a la táctica de la banda terrorista Hamás de colocar su infraestructura militar en medio de la población civil, incluso usándola como escudo humano para que propagandistas como Trigo puedan utilizarlo luego en sus ataques contra Israel.

En cuanto al uso de las bombas de fósforo blanco, Trigo evita mencionar que es un arma cuyo uso está permitido por los convenios internacionales (con la excepción de áreas densamente pobladas). En Israel se examina ahora si durante la operación hubo uso fuera de las limitaciones, ya que Israel, como norma, respeta los convenios internacionales.

Trigo escribe:
Difícilmente se podrá convencer a Israel de que acepte un Estado palestino. Y más difícil aún resulta imaginar la devolución de asentamientos y territorios apropiados ilegalmente, que pertenecen a Palestina.

La verdad es otra. El 80% de la opinión pública de Israel apoya la creación de un estado palestino. El Primer Ministro Netaniahu se manifestó últimamente sobre esto en varias oportunidades, pero la empresa de la mentira tiene su propio discurso. Israel desmanteló asentamientos en el pasado en el marco del acuerdo de paz con Egipto y de la salida de la franja de Gaza. Tampoco en este punto Trigo es fiel a la verdad.
Más allá de todas las mentiras y distorsiones que he señalado hasta aquí, hay bastantes argumentos de peso que contradicen la relación que hace Trigo del conflicto palestino-israelí con Afganistán e Irán. No los voy a detallar puesto que me parece demostrado a estas alturas que el texto de Trigo no se basa en hechos sino en un pensamiento único y unilateral que no merece un debate serio. Para comprobarlo basta ver que cuando escribe sobre Irán él amplía su discurso a la antigua cultura persa, un aspecto absolutamente irrelevante para el tema a debate, mientras que obvia totalmente el hecho de que el actual presidente de Irán sea una persona que llama a borrar a Israel del mapa una semana sí y otra también y que niega la existencia del Holocausto.
Todo lo que me queda es preocupación y tristeza porque este tipo de argumentos salga de la pluma de un catedrático dedicado a la enseñanza.

Raphael Schutz
Embajador de Israel en España


http://noti.hebreos.net/enlinea/2009/08/10/5364/

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