Alrededor del 90% de la normativa de cada Estado depende de la normativa europea, que es obligatoria, con lo que cabe preguntarse si las elecciones generales en cada país son una farsa, necesaria para mantener el engaño de la sociedad, que cree decidir algo, cuando ya está lo fundamental decidido de antemano.
La UE está suponiendo, a nivel político, que cada vez exista menos democracia real en los países europeos.
Los centros de poder económico y de decisión política están cada vez más alejados de la sociedad y, por tanto, es más difícil controlarlos.
Algunos ejemplos: En la UE no existe una verdadera separación de poderes, ya que el Consejo Europeo tiene poderes ejecutivos y legislativos al mismo tiempo. La otra institución que detenta el poder ejecutivo, la Comisión Europea, no es votada por sufragio de los ciudadanos. Además, una parte importante de la política económica, el control de los tipos de interés, está manejada por el BCE, una institución autónoma, sin ningún control político. Su fin es el control de la inflación, sin ninguna otra consideración social.
También hay que señalar que el Parlamento Europeo, la única institución elegida mediante sufragio directo en la UE, tiene un papel subalterno frente al Consejo a nivel legislativo, aunque se le estén dando más competencias últimamente, en el último Tratado de Lisboa, esto se va a ir haciendo progresivamente, en la medida en que ya esté lo fundamental atado en beneficio del poder económico. De hecho, los Tratados que han ido formando la UE no han sido sometidos prácticamente a referéndum, para evitar el debate político y que pudieran ser rechazados, como le ocurrió a la llamada Constitución Europea en Francia y Holanda.
Se ha producido una pérdida real de la soberanía política del pueblo, de la capacidad de que los Parlamentos de cada país dicten las leyes. De hecho, alrededor del 90% de la normativa de cada estado depende de la normativa europea, que es obligatoria, con lo que cabe preguntarse si las elecciones generales en cada país son una farsa, necesaria para mantener el engaño de la sociedad, que cree decidir algo, cuando ya está lo fundamental decidido de antemano.
En diciembre de 2007, se constituyó un llamado “Comité de sabios”, para definir las grandes líneas de la UE, de aquí al año 2030, presidido por Felipe González, ex presidente del gobierno español, ese trilero que metió a España en la senda del neocapitalismo, tras la dictadura franquista, y que ahora el poder le agradece con una buena reputación e importantes ingresos. El vicepresidente de ese “Comité de sabios” será el presidente de la multinacional Nokia, quedando patentes los intereses que mueven a la UE.
Una UE controlada por el poder económico.
La UE supone para las empresas transnacionales, tener un gran mercado común interior, dentro de la UE, y la posibilidad de disponer de una realidad política que facilite las inversiones de dichas empresas tanto dentro como fuera de la UE. La Unión Europea es el garante político de los intereses económicos de las grandes empresas.
Los llamados “lobbys” o grupos de presión empresariales, existentes en Bruselas son la demostración evidente de cómo son los grandes despachos de técnicos y abogados de las grandes empresas, los que controlan decisivamente la normativa europea, mediante la elaboración de estudios e informes, e incluso redactando los mismos borradores de las normativas europeas que después se aprobarán en las instituciones correspondientes. Existen muchos ejemplos de ello. Sólo en Bruselas, existen más de un millar de grupos de presión, a los que se añaden varios cientos de agencias de relaciones públicas y bufetes de abogados, las llamadas “oficinas de asuntos europeos" pagadas por las multinacionales, y más de 15.000 profesionales dedicados en exclusiva al "lobby". Destacar que se está intentando regular legalmente el que estos grupos de presión puedan realizar sus funciones, sin que sean mal vistos, como ya ocurre en EE.UU., donde los lobbys son legales. Ya ha habido varios escándalos conocidos de políticos y funcionarios de la UE, que han sido sobornados, favorecidos etc. por servir a las grandes empresas; sin contar los fichajes de expolíticos y exfuncionarios que tras su paso por las instituciones políticas pasan a trabajar a sueldo de las empresas, para aprovechar sus conocimientos y contactos.
Algunas de las organizaciones y empresas más destacadas en estas actividades son: la patronal europea UNICE, la Mesa Redonda Europea de Industriales (ERT, formada por medio centenar de grandes empresas), la Asociación de Industrias Aeroespaciales, la Asociación Europea de Semillas Biotec (a la que pertenecen Monsanto, Syngenta, Dupont o Bayer), y otros "think tanks" financiados por las distintas industrias, como la “Transatlatic Policy Network”, “Friends of Europe” (Amigos de Europa) o la “New Defense Agenda”
Tan estrecha relación existe entre la ERT, y el poder político de la UE, que los despachos se encuentran muy cercanos, la transferencia de personal ha sido una dinámica frecuente entre los altos ejecutivos de las multinacionales, la ERT y la propia UE, además de las reuniones, que cada seis meses, se tienen con distintos ministros del Gobierno que por turno preside la UE.
Todo ello, ha configurado una red formal e informal de relaciones entre élites que han posibilitado que todo el entramado institucional de la UE sea realmente hoy una sucursal política al servicio de los poderes económicos del neocapitalismo.
Extracto de conferencia en el I CONGRESO POLÍTICA Y SOLIDARIDAD
La UE está suponiendo, a nivel político, que cada vez exista menos democracia real en los países europeos.
Los centros de poder económico y de decisión política están cada vez más alejados de la sociedad y, por tanto, es más difícil controlarlos.
Algunos ejemplos: En la UE no existe una verdadera separación de poderes, ya que el Consejo Europeo tiene poderes ejecutivos y legislativos al mismo tiempo. La otra institución que detenta el poder ejecutivo, la Comisión Europea, no es votada por sufragio de los ciudadanos. Además, una parte importante de la política económica, el control de los tipos de interés, está manejada por el BCE, una institución autónoma, sin ningún control político. Su fin es el control de la inflación, sin ninguna otra consideración social.
También hay que señalar que el Parlamento Europeo, la única institución elegida mediante sufragio directo en la UE, tiene un papel subalterno frente al Consejo a nivel legislativo, aunque se le estén dando más competencias últimamente, en el último Tratado de Lisboa, esto se va a ir haciendo progresivamente, en la medida en que ya esté lo fundamental atado en beneficio del poder económico. De hecho, los Tratados que han ido formando la UE no han sido sometidos prácticamente a referéndum, para evitar el debate político y que pudieran ser rechazados, como le ocurrió a la llamada Constitución Europea en Francia y Holanda.
Se ha producido una pérdida real de la soberanía política del pueblo, de la capacidad de que los Parlamentos de cada país dicten las leyes. De hecho, alrededor del 90% de la normativa de cada estado depende de la normativa europea, que es obligatoria, con lo que cabe preguntarse si las elecciones generales en cada país son una farsa, necesaria para mantener el engaño de la sociedad, que cree decidir algo, cuando ya está lo fundamental decidido de antemano.
En diciembre de 2007, se constituyó un llamado “Comité de sabios”, para definir las grandes líneas de la UE, de aquí al año 2030, presidido por Felipe González, ex presidente del gobierno español, ese trilero que metió a España en la senda del neocapitalismo, tras la dictadura franquista, y que ahora el poder le agradece con una buena reputación e importantes ingresos. El vicepresidente de ese “Comité de sabios” será el presidente de la multinacional Nokia, quedando patentes los intereses que mueven a la UE.
Una UE controlada por el poder económico.
La UE supone para las empresas transnacionales, tener un gran mercado común interior, dentro de la UE, y la posibilidad de disponer de una realidad política que facilite las inversiones de dichas empresas tanto dentro como fuera de la UE. La Unión Europea es el garante político de los intereses económicos de las grandes empresas.
Los llamados “lobbys” o grupos de presión empresariales, existentes en Bruselas son la demostración evidente de cómo son los grandes despachos de técnicos y abogados de las grandes empresas, los que controlan decisivamente la normativa europea, mediante la elaboración de estudios e informes, e incluso redactando los mismos borradores de las normativas europeas que después se aprobarán en las instituciones correspondientes. Existen muchos ejemplos de ello. Sólo en Bruselas, existen más de un millar de grupos de presión, a los que se añaden varios cientos de agencias de relaciones públicas y bufetes de abogados, las llamadas “oficinas de asuntos europeos" pagadas por las multinacionales, y más de 15.000 profesionales dedicados en exclusiva al "lobby". Destacar que se está intentando regular legalmente el que estos grupos de presión puedan realizar sus funciones, sin que sean mal vistos, como ya ocurre en EE.UU., donde los lobbys son legales. Ya ha habido varios escándalos conocidos de políticos y funcionarios de la UE, que han sido sobornados, favorecidos etc. por servir a las grandes empresas; sin contar los fichajes de expolíticos y exfuncionarios que tras su paso por las instituciones políticas pasan a trabajar a sueldo de las empresas, para aprovechar sus conocimientos y contactos.
Algunas de las organizaciones y empresas más destacadas en estas actividades son: la patronal europea UNICE, la Mesa Redonda Europea de Industriales (ERT, formada por medio centenar de grandes empresas), la Asociación de Industrias Aeroespaciales, la Asociación Europea de Semillas Biotec (a la que pertenecen Monsanto, Syngenta, Dupont o Bayer), y otros "think tanks" financiados por las distintas industrias, como la “Transatlatic Policy Network”, “Friends of Europe” (Amigos de Europa) o la “New Defense Agenda”
Tan estrecha relación existe entre la ERT, y el poder político de la UE, que los despachos se encuentran muy cercanos, la transferencia de personal ha sido una dinámica frecuente entre los altos ejecutivos de las multinacionales, la ERT y la propia UE, además de las reuniones, que cada seis meses, se tienen con distintos ministros del Gobierno que por turno preside la UE.
Todo ello, ha configurado una red formal e informal de relaciones entre élites que han posibilitado que todo el entramado institucional de la UE sea realmente hoy una sucursal política al servicio de los poderes económicos del neocapitalismo.
Extracto de conferencia en el I CONGRESO POLÍTICA Y SOLIDARIDAD
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