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Cambio de estretegia: ¿Los Estados Unidos de Latinoamérica?

Como ya comentamos, los diferentes mandatarios de Latinoamérica han rediseñado su plan de poder para poder gobernar -en bloque- el tablero geopolítico que comprende la región. Es así como de golpes y contragolpes de Estado, insurgencias, guerras civiles y revoluciones se ha pasado a democracias, y algunas dictaduras disfrazadas de democracia, dentro de las cuales predomina la izquierda.

Por todo ello nos encontramos frente a un mapa diferente, en la cual cohabitan gobiernos de muy distinta naturaleza, los cuales apuntan a desprenderse de la influencia que norteamericana en el mapa geopolítico de Latinoamérica.

Revoluciones armadas, cosa del pasado

En otras épocas, cambios como los que hemos presenciado en estos últimos tiempos solo hubieran sido posibles con golpes de Estado. Sin embargo ahora predomina el diálogo antes que los conflictos armados. Sin duda, la izquierda ha optado por la “democracia” como herramienta para decidir el rumbo de la región. Estamos frente a una izquierda predominante, como lo demuestra la gráfica del nuevo mapa político de Latinoamérica: son 14 los países de izquierda frente a cuatro de derecha.

El origen de todo ello se podría resumir en la dictadura de Fidel Castro, que ya cumplió 50 años. En aquellos tiempos los fusilamientos eran cosa de todos los días, sumada a la crisis de los mísiles nucleares, la invasión de Bahía de Cochinos y la intervención del gobierno de Cuba en Latinoamérica y África. Tras ello vino el bloqueo económico, la cárcel de Guantánamo, el éxodo de los cubanos a Miami, los Marielitos, el Caso de Elián González, el suplicio de la disidencia cubana…

Más tarde, la llegada de Hugo Chávez al poder de Venezuela -denominado discípulo Fidel- haría que el totalitarismo se apoderara de la región, creando así la Asamblea Constituyente para cambiar la Constitución y poder ser reelecto indefinidamente.

Adicionalmente vendrían el control casi absoluto de los medios, ataques a la propiedad privada, intervención en los asuntos ajenos, asociación con estados forajidos, elecciones fraudulentas y la búsqueda de una reelección indefinida que permita quedarse para siempre en el poder. Y justamente en el cambio de la Constitución para poder acceder a una reelección indefinida, radica la base de Chávez sobre la formulación de su pensamiento sobre el socialismo del Siglo XXI. Dicha práctica política, difundida en el marco de la revolución bolivariana, ha generado una larga lista de seguidores, como Evo Morales y Rafael Correa, quienes en conjunto pretenden implantar una “Democracia revolucionaria“.

La estrategia: reelección indefinida

Entre los principales seguidores de la política chavista tenemos al presidente de Bolivia, Evo Morales, quien a través de una huelga de hambre logró que le dejaran legislar. Más bien un “hambre de poder” para conseguir la reelección en las elecciones de su país a fines de este año.

En el segundo lugar de la lista tenemos al mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, quien este 26 de abril logró su reelección en la primera vuelta, algo que no sucedía en el país desde hace 30 años, aunque la oposición calificó de “fraudulento” el proceso electoral.

Por su parte, Zelaya, de Honduras, también considera llamar a referendo para aprobar cambios constitucionales y su reelección indefinida, aunque el presidente del Partido Nacional de oposición, Ricardo Álvarez, dijo que hará respetar la democracia “cueste lo que le cueste”. Daniel Ortega, en Nicaragua, fue denunciado por las misiones electorales de la OEA y Unión Europea por corrupción en los comicios llevados a cabo en dicho país.

Por otro lado, Néstor Kirchner llegó al poder en Argentina después de una crisis política que puso a su país al borde del precipicio. Pero su afinidad con Chávez permitió que con una llamada se lograra la compra de la deuda externa argentina por parte del venezolano. Cuando llegó al final de su período encontró la formula para permanecer en el poder, lanzando la candidatura de su esposa Cristina, quien ganó las elecciones con la generosa ayuda de Hugo Chávez con el recordado escándalo de los maletines.

¿Vacunados contra la crisis?

La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, organizó la Sexta Edición (primera en América Latina) de la Cumbre de Líderes Progresistas de Centro Izquierda, donde se trató todo lo relacionado a la crisis financiera mundial. De los latinoamericanos sólo fueron invitados Lula, de Brasil, Tabaré Vásquez, de Uruguay, y Cristina Kirchner, de Argentina. Hugo Chávez, que no fue invitado, atacó furiosamente en la Cumbre de Países Árabes y Latinoamericanos a Bachelet por haber invitado a Joe Biden y a Gordon Brown a dicha cumbre

Y es que tres de los países de derecha (Chile, México y Perú), han sabido guardar respectiva distancia con la ideología chavista. Además de los países de Paraguay y Uruguay, aunque del presidente de este último -Tabaré Vásquez- se diga que ha recibido “excelentes regalos”.

Quien ha salido beneficiado de todo el conflicto creado por Chávez ha sido el presidente de Brasil, Lula da Silva, quien encontró un petróleo de excelente calidad en su país, petróleo que capitalizó desplazando a la estatal petrolera venezolana PDVSA, la cual también está siendo superada en el mercado de EEUU.

Pero además, Lula ha fortalecido la imagen de Brasil como el gigante del Sur. Desde el punto de vista político, Lula ha declarado que no irá a reelección indefinida, puesto que es contraria a la democracia, sin embargo felicitó a Chávez cuando “logró” la aprobación de la Enmienda Constitucional.

Martín Torrijos, el presidente de Panamá también es izquierdista. Con respecto a las próximas elecciones en el país del canal ha habido un escándalo en el que se ha acusado a los candidatos oficialistas (Balbina Herrera a la presidencia y Roberto Velásquez a la alcaldía capitalina) de haber recibido dinero para sus campañas del ‘Zar de las Pirámides’, el colombiano David Murcia, quien declaró desde la prisión haberles dado seis millones de dólares.

Por su parte, el nuevo presidente izquierdista de El Salvador, Mauricio Funes, aseguró repetidas veces que su propuesta nada tenía que ver con la de Chávez, y que había una “campaña del miedo” para vincularlo con el presidente venezolano. La transferencia de poder se ha llevado con gallardía y el partido ARENA, ahora oposición, está llevando a cabo un proceso de revisión para intentar recuperar el poder.

En México, López Obrador, y en Perú Ollanta Humala, candidatos presidenciales apoyados por Hugo Chávez, perdieron las elecciones. También son conocidos los problemas graves que confronta el gobierno de Felipe Calderón con el narcotráfico y con la corriente migratoria de México hacia EEUU. Mientras, en Perú hay quejas acerca de corrupción administrativa del gobierno de Alan García.

En Colombia, Uribe está indeciso sobre la opción de reelección indefinida. Sería aplicar una estrategia antidemocrática por parte de quien ha trabajado contra la narcoguerrilla de las FARC. Además de las rencillas mantenidas con el presidente de Ecuador, Rafael Correa, y el fastidio por la intromisión de Chávez en el problema que enfrenta respecto a los terroristas.

¿Utopía o realidad?

Los Estados Unidos de Latinoamérica fueron planteados como un bloque liderado por Chávez, en el cual se establecía como moneda oficial el Sucre y así terminar con toda clase de vinculación con el gobierno estadounidense. Muchos han establecido que dicha utopía generaría una gran capacidad económica, la cual sería a la larga un remedio ante la crisis que se vive actualmente. Una táctica que se prevé sería impedida a toda costa por Estados Unidos para continuar siendo la cabeza del imperio, pero no es algo nuevo.

Si vemos al otro lado del mundo, Europa sigue en la lucha constante de llegar a ser un supraestado único. A esto se le suman las alianzas actuales de Latinoamérica con dicho bloque y la penetración de Asia en la región.

De todas las alianzas y acercamientos, el que más llama la atención es el de Rusia con Venezuela. Su consecuencia directa es el cambio de política de Barack Obama con respecto a Cuba, con la que busca estar ahora más vivo que nunca dentro de la región frente a la amenaza que le representa la incursión de Rusia en el mapa. Y peor aún si hablamos de las relaciones que se han entablado con Irán, otro enemigo con el cual Obama también ha tratado de llegar al diálogo.

Así pues, no es de extrañarse que la Casa Blanca vea a Chávez como a un peligro, puesto hace tambalearse la supremacía norteamericana en el continente. El modo de afrontar estos problemas, no obstante, ha cambiado: no más revoluciones armadas, sino un “mantente cerca de los amigos y aún más cerca de tus enemigos”, como se demostró en la V Cumbres de las Américas, con el recordado libro ‘Las venas abiertas de América Latina’ que regalara Hugo Chávez al inquilino de la Casa Blanca.

Latinoamérica tiene sed y hambre de libertad e independencia. Para ello, Chávez ha resucitado el espíritu de la revolución bolivariana, y de la UNASUR se ha creado el Consejo de Defensa Sudamericano. Y por la arista que quieran verlo, la “democracia revolucionaria” implantada por Chávez ha cubierto prácticamente a toda Latinoamérica, la cual no ha tenido el mismo efecto en todos los países, pero sí ha generado un llamado de que América Latina se levanta como un bloque geopolítico e independiente.


http://www.tintadigital.org/2009/05/30/estados-unidos-latinoamerica/

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