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El G20 comienza con discrepancias

La cumbre arranca con dos focos de división impotantes y brotes de discrepancias dentro de los mismos. Francia ve 'pobre' el borrador sobre medidas contra los paraísos fiscales y Japón, por su parte, carga contra Alemania por su política de déficit público. El anfitrión de la cumbre, Gordon Brown, ha reconocido en las últimas horas que habrá dificultades en la negociación.

En las últimas horas, el primer ministro británico, Gordon Brown, ha admitido que las negociaciones para alcanzar un acuerdo en la cumbre del G20 "no serán fáciles" pero ha añadido que los líderes "tendremos que tomar mañana decisiones" y "eso es lo que haremos". En una rueda de prensa conjunta con el presidente de EEUU, Barack Obama, en el Ministerio británico de Asuntos Exteriores, Brown ha repetido la cantinela en la que los líderes encuentran equiparados sus análisis: que los problemas globales requieren "soluciones globales".

"No hay acuerdo asegurado y sé, por experiencia, que tendremos que luchar hasta el último minuto", así se ha expresado esta mañana el presidente francés, Nicolas Sarkozy, durante una entrevista de radio. El líder galo ha manifestado abiertamente que se niega a suscribir "falsos compromisos" y no ve clara la postura de política fiscal por parte de países como China o Estados Unidos.

Los comentarios acerca de la división que empapa esta cumbre no han cesado en una semana. Las discrepancias entre América y Eruopa por la divergencia de posturas ante la política fiscal, han estado en boca de todos.

Alemania y Francia abogan por una mayor regulación del sistema financiero. Mientras que Estados Unidos ha dejado una cosa clara: cada país deberá organizar su propia supervisión

División en los estímulos económicos

Algunos países entienden y dan mucha importancia a la política fiscal como arma para gobernar acertadamente los recursos con los que lidiar la crisis, mientras que otros ven justo todo lo contrario. El primer ministro japonés, Taro Aso -cuyo país lidera las cifras de superávit comercial junto con china y la propia Alemania-, critica claramente a Merkel por resistirse a nuevas medidas de estímulo de la economía. Tanto Estados Unidos como Gran Bretaña sostienen que es a estos tres países a quienes corresponde ahora sostener la demanda. Precisamente ayer, Taro Aso anunció un nuevo plan de estímulo económico que pondrá en marcha para reconducir la crisis en su país.

Por otro lado, Alemania y Francia abogan por una mayor regulación del sistema financiero. Mientras que Estados Unidos, en boca de su secretario del Tesoro, Timothy Geithner, ha dejado una cosa clara: no habrá medidas supranacionales en la regulación, cada país deberá organizar su propia supervisión, "la que juzgue más conveniente".

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a quien le acompaña Geithner, ha dado el pistoletazo de salida en la carrera de reuniones con las que enfilará su agenda de hoy, asistiendo a Dowing Street para mantener un encuentro con Gordon Brown.

Muchos otros líderes ya han aterrizado en la ciudad financiera para amntener reuniones bilaterales antes de la cumbre. Obama se reunirá después con el presidente chino Hu Jintao y con el líder ruso Dimitri Medvedev.

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