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Erasmus: La integración Americana

Hace unos días asistí a un evento organizado por la Universidad San Ignacio de Loyola, donde se nombraba a José María Aznar, Honoris Causa de dicha casa de estudios. El evento fue bastante interesante, se habló de democracia, libertad y desarrollo. Entre los asistentes estuvieron personalidades de la política y la cultura, vale resaltar la presencia de Mario Vargas Llosa. Si bien la presencia del ex-presidente del gobierno Español era el centro de atención por su experiencia internacional y principalmente gubernativa, un dato que para muchos paso desapercibido, fue una de las propuestas que trae la Fundación que preside, a nuestro continente.



FAES o Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales, está promoviendo a través de su coordinador regional, Guillermo Hirschfeld, la conexión educacional de los países latinoamericanos en un sistema similar a Erasmus (Un Erasmus para América Latina). En Europa dicho sistema ha permitido la integración continental a través de la movilidad educacional de los jóvenes, que al poder trasladar sus estudios a distintas universidades del continente, acercan sus distintas culturas y de esa manera se forjan generaciones europeas que no son divididas por la nacionalidad. Esto se debe a los vínculos interpersonales que se forman entre los estudiantes de distintos orígenes. La consecuencia es el enriquecimiento personal y académico de los participantes. No obstante, más allá de los beneficios sociales y personales, el sistema significa una simplificación en el reconocimiento y convalidación de créditos y una importante reducción de los trámites administrativos.




En el caso Latinoamericano, la propuesta se sustenta sobre pilares obvios, la unidad histórica, cultural y en idioma del continente. Los países de la región por tanto cuentan con las condiciones para implementar un sistema similar al europeo, inclusive circunstancias más favorables a las del viejo continente, que es dividido por las guerras, el idioma y las múltiples naciones. Los países americanos, juntos constituyen la mayor extensión de territorio del mundo en cuanto a la afinidad lingüística y religiosa que existe entre sus habitantes. El sistema permitiría a un joven estudiante de Chile culminar su carrera de Derecho en Lima o a un estudiante de Honduras culminar su carrera en Bogotá. En una región con 20 millones de estudiantes universitarios, invertir en talento, creatividad y recursos humanos es vital para asegurar el desarrollo integral de la región.




Hace unos años en Machu Picchu se inició el proyecto de la Comunidad Sudamericana, un hecho político que por ahora no parece estar caminando. Sin embargo, los avances educativos, la unión cultural a través de programas regionales similares a Erasmus, pueden asegurar el avance de la unión regional efectiva, le daría al acto político el sostén social, a través de las redes personales y culturales que se forjan en los programas de movilidad estudiantil. En esa línea, ha habido ciertos progresos como las becas de alto nivel para países de America Latina adoptado por la Comisión Europea y también existen experiencias piloto de movilidad estudiantil académica de postgrado, como el programa Pablo Neruda que ha impulsado la SEGIB y proyectos como el Erasmus Mundus. No obstante, aun no existen iniciativas que busquen replicar el sistema europeo entre las universidades latinoamericanas. Es importante evaluar proyectos e iniciativas por la de FAES, ya que son iniciativas positivas que pueden cimentar la base solidaria americana y distribuir el progreso y la investigación intelectual entre los países hermanos de la región.

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