martes

La verdad sobre Gaza (I)

Por Uri Ben Schmuel
Director del periódico La Razón (Perú)

Disculparán los lectores si otra vez abordamos en esta columna lo que sucede en el Medio Oriente. Somos conscientes que se trata de un tema que a algunos puede parecer lejano y quizá hasta intrascendente, en medio de los grandes y pequeños problemas que enfrentamos los peruanos (entre estos últimos, por ejemplo, el descaro de Lidercon, que ahora cobra S/. 74.73 a los particulares por la revisión técnica y ya no los S/. 52 que facturaba hasta la interrupción del servicio en marzo del 2007, alegando que se trataba de una “tarifa promocional”. ¿Por qué no se acaba con este sospechoso monopolio de una vez por todas?).
Pero sucede que a raíz de la operación israelí en Gaza los antisemitas disfrazados de antisionistas hace días que desarrollan en la prensa local una feroz campaña de desinformación. Y ésta ha descendido a indignantes simas de abyección al comparar al estado hebreo con los nazis y a los terroristas del Hamás con los judíos que pelearon contra la maquinaria fascista en el ghetto de Varsovia.


Así que intentaremos, de nuevo, poner las cosas en su contexto. Mal puede calificarse de nazi, salvo que se sufra de antisemitismo visceral, a un ejército tan escrupuloso con la vida de los civiles que, como bien hace notar el columnista Charles Krauthammer, envió mensajes SMS en árabe a los celulares de cientos de miles de habitantes de Gaza, en los que les instaba a abandonar las casas en que pudiera haber armas escondidas. No existe otro ejército en el mundo que prefiera perder el factor sorpresa antes de una operación, arriesgando la vida de sus propios soldados, con tal de advertir a los civiles no combatientes de una entidad enemiga del peligro que se avecina.

Y si hay, pese a todo, bajas civiles que lamentamos profundamente, ello se debe a que Hamás despliega deliberadamente sus armas dentro y cerca de los hogares de su propia gente. Y aquí citamos nuevamente a Krauthammer: “(Hamás) lo hace por dos razones. En primer lugar, como tiene muy en cuenta los escrúpulos morales de Israel, se figura que la proximidad de la población civil le ayudará a conservar al menos parte de su arsenal. En segundo lugar, como sabe que los israelíes tienen armas de precisión que les pueden ayudar a sortear ese obstáculo, confía en que el inevitable daño colateral –o, si tiene suerte de verdad, una bomba perdida– mate a gran número de palestinos, de lo cual el mundo, por supuesto, culpará a Israel”. Si de nazis hablamos, entonces, nazis son los de Hamás, que usan como escudos humanos a su propio pueblo. Apelando a la comprensión de nuestros lectores, finalizaremos este tema en la columna de mañana.

No hay comentarios: