jueves

La verdad sobre Gaza (II)

Uri Ben Schmuel

Hoy dejaremos de lado la actualidad para tratar de entender, echando un vistazo a la historia, la raíz del conflicto árabe-israelí.

“Palestina” es el nombre que le pusieron los romanos al estado judío que destruyeron en el año 70 de nuestra era. Durante casi dos mil años no fue patria de ningún pueblo, solo botín de sucesivos conquistadores. El último de ellos, el imperio turco-otomano, se alineó con Alemania en la I Guerra Mundial. Cuando ésta terminó en 1918, la Liga de Naciones, antecesora de la ONU, entregó “Palestina” en fideicomiso a Gran Bretaña. Algo más de una década después, Winston Churchill convirtió el 80% de “Palestina” en otro país, al que bautizó como Reino Hashemita de Transjordania (luego renombrado como Jordania).

En 1947, la ONU votó por la partición del 20% que quedaba de la “Palestina” original en dos estados, uno palestino-árabe y otro palestino-judío. Los judíos aceptaron la partición y el 14 de mayo de 1948 proclamaron el nacimiento del moderno Estado de Israel. Ese mismo día, ocho ejércitos árabes invadieron el flamante país para borrarlo de la faz de la tierra. Los países árabes obligaron a los árabes “palestinos” a abandonar el territorio para así poder masacrar con tranquilidad a los israelíes. Sin embargo, fue Israel el que ganó esa guerra, en la que murió el 1% de su población.


De los 860.000 árabes que habían vivido en áreas de la Palestina británica que se convirtió en Israel, quedaron 133.000 (ellos y sus descendientes son hoy ciudadanos israelíes con plenos derechos). Tras la guerra del ‘48, Jordania y Egipto se apoderaron de los territorios en los que debía levantarse el estado árabe palestino y allí se quedaron, como eternos refugiados, alrededor de 700 mil árabes.

En paralelo, casi un millón de judíos que vivían en países árabes fueron expulsados con lo que tenían puesto. Y hablamos de comunidades que vivieron en lo que ahora son estados árabes por más de 2.500 años, mil cuatrocientos años antes que fuera creado el Islam. Israel, que no tiene petrodólares, lejos de mantenerlos en carpas en condiciones infrahumanas, los integró a su sociedad en apenas una década.

Lo que ocurrió, entonces, fue un intercambio de poblaciones, como el que hubo cuando la India británica se dividió con Pakistán y millones de refugiados debieron huir en los dos sentidos. O como cuando, después de la II Guerra Mundial, los soviéticos anexionaron una amplia parte de la Polonia oriental y compensaron a ese país con una parcela de Alemania del Este.

Los polacos y alemanes, los hindúes y los musulmanes de la India, así como los judíos refugiados de los países árabes fueron todos reinstalados en sus nuevas patrias, con una nueva ciudadanía, y sobre todo, sin ninguna ayuda internacional. Solo los palestinos, tras 60 años, siguen siendo refugiados profesionales.

Durante 19 años, de 1948 a 1967, los árabes pudieron crear un estado palestino si lo hubieran querido y no lo hicieron. Solo cuando Israel se hizo de estos territorios en la guerra de defensa de 1967, reclamaron que los devuelva y se acordaron que los árabes palestinos necesitaban un estado.

Pues bien, Israel ya devolvió Gaza y Cisjordania a los palestinos. Y ellos, en vez de vivir en paz, siguen con sus ataques terroristas. Y eso por una razón: el problema no son las dimensiones físicas del Estado de Israel sino su existencia misma. Lo que hoy sucede en Gaza, pues, es apenas otra batalla de las muchas que Israel ha debido librar en una larga guerra de seis décadas. Y que solo terminará cuando los árabes renuncien a su objetivo de destruir Israel. Esa es la cuestión de fondo. El resto son anécdotas, lamentablemente muy sangrientas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

los israelitas son los parias de la sociedad nunca tuvieron un lugar propio ni la tendran,en la antiguedad jehova les llevo a la tierra prometida, pero estas tierras ya tenian dueño,pero de la mano de jehova los asesinaron a los que vivian alli,igual pasa ahora con los palestinos esas tierras no les pertenece,y el pueblo criminal escogido por dios (los israelitas)no saben que el tal no es dios ,es solo un impostor asesino y sediento de sangre y enemigo de la humanidad,pero los humanos somos mas grandes que el y siempre en todos los tiempos le restregaremos en su cara toda su bajesa,ya intento exterminarnos como humanidad y nunca lo logro pues somos mas grandes que el.