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CULTO A LA PERSONALIDAD: de Stalin a Fidel Castro.

El Culto a la Personalidad de los líderes ha sido uno de los peores vicios políticos entre los tantos que han enturbiado las aguas de los regímenes comunistas . La antigua Unión Soviética dedicó todo un congreso, el XX de su Partido Comunista en l956, para intentar desmantelar hasta sus cimientos esta práctica perniciosa que, ya se avizoraba, podía representar una de las causales para la destrucción del poderío de los comisarios.
Mao Tse Tung en China, elevó el culto a la personalidad del líder supremo hasta lo inimaginable de la crueldad y el rídiculo. Al igual que Stalín asesinó a aquellos de entre sus camaradas en el Poder que osaron disputarle algunos méritos , Mao ordenó matar a mas de 40 millones de militantes del Partido Comunista Chino, comenzando por sus viejos compañeros de la guerrilla, Liu Shao Shi y Lim Piao, porque a veces hacían mofa de sus orientaciones.
A pesar de que Fidel Castro ha imperado en un país occidental, con un fuerte respeto de siempre al derecho a la vida, que le ha impedido ejecutar las macabras carnicerías al estilo de Stalin y Mao Tse Tung, sin embargo muchos de sus correligionarios como los generales Arnaldo Ochoa y José Abrantes; el ex presidente Osvaldo Dorticós; los jefes de sus espías y saboteadores internacionales Tony de la Guardia, Manuel Piñeiro Losada y René Ramírez Cruz; los dirigentes comunistas Anibal Escalante y Eurípides Núñez; sus ex ministros Humberto Sorí Marín y Alberto Mora y miles más, han sido exterminados en los paredones de fusilamiento, suicidados o eliminados con apoplegías provocadas.
Otros fueron torturados en el presidio político, todo en aras de un férreo culto a la personalidad encaminado a convertir a Castro en un semidios, infalible, intangible y mas allá del común de todos los mortales.

A pesar de las eternas notas de soberbía culterana de su personalidad, que con apego supremo han acompañado a Fidel Castro en sus andares públicos, todo indica que a la opinión pública aun le aguardaba presenciar algunos registros de adulonería rastracueril, que parecen conducir al paroxismo del ridículo.

En este orden histriónico del Culto a la Personalidad de Castro, un agitador juvenil de apellido Hassan ha incluído decibeles ensordecedores, cuando en el 74 cumpleaños del viejo dictador proclamó al Primer Secretario de todas las secretarías, como poseedor de los títulos de ingeniero, de agrónomo, de físico, de matemático, de contador, de economista y el de médico de médicos.

Algo por el estilo ha sucedido en Birán, convirtiendo en santuario la casa donde Castro vivió en su niñez. Toda esta mojiganga nos trae a la memoría aquel período del endiosamiento de Mao Tse Tung , cuando los jovenes de la guardía roja declararon al Gran Timonel como el primer deportista de China, así como su primer carpintero, su primer sembrador de melones, su primer dentista, su primer partero y así, hasta la suma teológica de la farsa.

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