jueves

Zimbabwe y su metáfora

En “El Sida y sus Metáforas” (1987), Susan Sontag sostuvo que las enfermedades más temidas son aquellas que además de ser mortales, “transforman el cuerpo en algo alienante”, y entre ellas, incluye al cáncer (la enfermad que ella padeció y por la cual falleció), la lepra y el cólera.
Según Sontag, en muchas obras literarias se utilizan enfermedades como metáforas del carácter de individuos y sociedades, y, en una osada digresión de esta tesis, me pregunto: ¿Podríamos asociar la epidemia de cólera que azota a Zimbabwe con la personalidad patológica de su dictador? Después de todo, para la autora norteamericana, el cólera simboliza la deshumanización de quién la padece, y ese parece ser el caso de los zimbabwenses, quienes han sido despojados del derecho a la salud y la dignidad como un objetivo de su régimen para subyugarlos.

Fundado como parte del feudo personal de un empresario inglés, Cecil Rhodes, Zimbabwe - parte de Rodesia del Sur - pasó a manos del imperio británico hasta 1979 cuando se le reconoció su soberanía y desde entonces, irónicamente, ha sido la propiedad particular de uno de sus próceres de la independencia, Robert Gabriel Mugabe, quien se perpetúa en e poder por 30 años a través de subterfugios como enmiendas constitucionales, plebiscitos y elecciones fraudulentas.

La población de Zimbabwe ha sido progresiva y deliberadamente deshumanizada por Mugabe y su entorno de aduladores, criminales y corruptos que se han enriquecido mientras predicaban la gestación de una sociedad igualitaria y socialista. Hoy, el país con exhibe el triste record de la más alta inflación mundial – 231 millones por ciento (por lo cual existen billetes de $100 millones) – y esto ha ocasionado carencia de alimentos y de servicios higiénicos para la mayoría de sus 12 millones de habitantes, por lo cual, la esperanza de vida es de 39 años y la mortalidad infantil es de unos 650 niños por cada mil menores de 10 años.

Las cifras que demuestran el fracaso de las políticas de estatización y discriminación a la minoría de descendientes blancos despojados de sus tierras, son elocuentes, pero poco le importan a Mugabe, quien juega a compartir el poder con el Movimiento Democrático de Cambio del ex sindicalista Morgan Tsvangirai – ganador de la mayoría parlamentaria en las elecciones de 2008 - mientras en la realidad irrespeta el acuerdo de gobernar junto a ellos en un gobierno de unidad nacional. Debieron pasar tres décadas de despotismo para que ya en una situación cercana al caos, ¡por fin!, Europa, Estados Unidos y gobiernos africanos exijan la renuncia del tirano.

La tasa de más de 25% de adultos infectados de SIDA y la reciente epidemia de cólera que ha causado centenares de víctimas mortales e infecta a unos 20 mil, son claras metáforas de la enfermedad de poder de Mugabe.

¡Que diferencia entre la historia del amor venciendo a la muerte en tiempos de cólera, sugerida por Gabriel, el Nóbel escritor, y la de la muerte por cólera imponiéndose sobre la compasión, a causa de la gran enfermedad de Zimbabwe: Robert Gabriel Mugabe!.

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